Diario de León

Puebla de Lillo, esquí y paseos por la montaña

En plenos Picos de Europa, el paisaje montañoso ofrece lugares para perderse

Ruta próxima a Puebla de Lillo.

Ruta próxima a Puebla de Lillo.

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La piedra es la que da el color al municipio de Puebla de Lillo, la que surge de la tierra para conformar el duro paisaje montañoso de los Picos de Europa y que también da uniformidad a las viviendas de los vecinos para ofrecer un conjunto formidable y agradable, entre los que también destacan las dos Casas del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre; el imponente Torreón y El Valle del Porma, ubicada en las antiguas escuelas, donde se pueden visitar dos exposiciones permanentes sobre el espacio natural —fauna, flora, geología, etnografía— y conseguir información sobre las rutas señalizadas y los puntos de interés del entorno.

Los amantes del esquí tienen en Puebla de Lillo una de las principales estaciones de esquí de la Cordillera Cantábrica. Un espacio con más de 34 kilómetros preparados para la práctica del deporte blanco, con pistas de todos los niveles en el marco inconfundible de los Picos de Europa, todo ello dentro del máximo respeto al medio natural y al desarrollo sostenible de las zonas de influencia. La estación está gestionada por la Diputación provincial y dispone de 35 pistas y quince remontes.

Puebla de Lillo es algo más que la estación de esquí. Todos los espacios que envuelven los pueblos que conforman el municipio son de gran exhuberancia natural. La Cervatina y Entrevados son dos rutas que permiten conocer este entorno. La primera sale del propio Lillo, un recorrido circular de poco más de trece kilómetros y en el que será necesario invertir cinco horas y media, aunque siempre cabe la posibilidad de subir a la cima, observar el pantano del Porma y regresar por el mismo camino. Durante el trazado de esta ruta, completamente señalizada y de dificultad baja —que también puede hacerse en bicicleta— pueden observarse un rodal de tejos centenarios.

Tanto la Cervatina como la ruta Entrevados-Valle del Pizón están preparadas para los caminantes con todas las indicaciones pertinentes. Este segundo recorrido sale del área recreativa de la localidad de Cofiñal y tiene una longitud de 14,5 kilómetros, en los que se deben invertir una media de cinco horas. El sendero conduce hasta el lago de Isoba, aunque antes es preciso pasar por el salto de los Fosfogones, pozas que ha ido excavando la fuerza del agua en las rocas que cubren el río. Ambas rutas es mejor hacerlas durante los meses de primavera, verano y otoño, ya que en el municipio también ha recorridos preparados para hacer, por ejemplo, con raquetas de nieve en los meses de invierno.

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