Diario de León

Puerto se arrodilla ante el paraíso perdido

l El poeta publica ‘Fulgor de madre’, un homenaje a su madre, fallecida a los 93 años en La Alberca

j. casares

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cristina fanjul/efe

Quien conozca a José Luis Puerto sabe de la pasión que siente por su infancia, su capacidad para detenerse en escenarios aparentemente perdidos que, sin embargo, él sigue habitando como si pudiera vencer a Heráclito. Sobre ello escribió algunos años después, el genio de los metaversos, Jorge Luis Borges, que dejó claro que él era el río del tiempo. José Luis Puerto saca poesía de viajar a contracorriente y en su último libro rinde tributo a su madre, fallecida en diciembre de 2020 a los 93 años «de puro acabamiento», con un poemario que «brota de la memoria afectiva», una constante que recorre toda su obra.

Así surgió Fulgor de madre, según explica el autor, que se alzó con el Premio Castilla y León de las Letras, en su edición correspondiente a 2018 «por su dilatada y brillante trayectoria en el ámbito literario». José Luis Puerto recuerda que ya hizo lo propio en 2013 cuando falleció su progenitor, al que dedicó un «librito» que tituló Melodías del padre. «Mi madre fue una persona muy vitalista que vivió siempre en La Alberca y por tanto tenía plenamente asimilada la cultura campesina y se convirtió con el paso de los años en guardiana de la tradición del pueblo de la que tenía un gran conocimiento», señala.

Hay un poema del escritor que nos traduce la sensación de nostalgia luminosa que visita Puerto con este nuevo libro. Se titula Estela para madre que zurce calcañares de calcetines, un título que da fe no sólo del carácter epistemológico de la pobreza que siempre cose los versos del salmantino sino de hasta qué punto el recuerdo de la madre se identifica con la vida espiritual: Es otra anunciación/La de un tiempo zurcido con hebras de pobreza/la de una luz que enturbia/y emborrona las músicas del alba.

José Luis Puerto destaca que su madre llevó siempre una vida humilde ya que su padre fue emigrante en Alemania y Francia y ella tuvo que sostener la casa haciéndose cargo del ganado y los huertos para sacar adelante a sus ocho hijos, uno de los cuales murió con apenas unos meses. Para el poeta, su madre encarnó «esa vida rural que representa a otras muchas mujeres» y considera que «su marcha ha sido la pérdida de una generación incardinada en ese mundo rural que hoy tiende a desaparecer».

Fulgor del madre se compone de 19 poemas e incluye una parte antológica, con poemas que ya han sido publicados en otros libros, pero inspirados o dedicados a su progenitora, y otra inédita, escrita tras su pérdida con un último poema que al autor define como «una especie de pequeña prosa» titulado Para su sueño. «De algún modo estos poemas cifran la memoria de mi madre en momentos labores que ella vivía y en otros que eran importantes como cuando remendaba la ropa o zurcía», ha reseñado Puerto, que también se hace eco en el libro del «rito» de «blanquear la casa cuando llegaba el mes de junio».

Otro recuerdo que ha permanecido en su memoria es el de acompañar a su madre cuando iba a regar el huerto «que también aparece en el libro». Puerto ha explicado que el penúltimo poema, que titula Melodía rimada «de algún modo hace una suerte de repaso a fogonazos visuales» que tiene de su madre a lo largo del tiempo «como cuando cultivaba el campo, se peinaba, cuidaba de las flores, rezaba o encendía la lumbre para poner el puchero». «Es, por tanto, una poesía de la memoria afectiva con la que voy tratando de tejer por medio de hilos de recuerdos que tengo que ella ese corpus poético», ha abundado.

Ha puntualizado que el título se inspira en la imagen que tiene de su madre: «Era un ser luminoso marcado por la claridad y por la alegría aunque tuvo momentos de mucho sufrimiento».

Ha rememorado que «en los momentos de dificultad siempre decía ‘Dios abrirá caminos’, una forma de «encontrar soluciones ante el infortunio». Puerto confiesa que el impulso que le llevó a escribir esta obra ya lo sintió en 2013 cuando perdió a su padre y vivió un proceso psíquico «inesperado». «No sabía que iba a vivir esa realidad vinculada a la pérdida del primero de los dos seres que te engendraron y ello me llevó a publicar Melodías del padre, porque percibía en él una melodía que me transmitía mensajes pese a que era un hombre muy reservado», ha remarcado el autor.

La obra ha sido editada por la Diputación de Salamanca, que ha puesto a la venta una tirada inicial de 300 ejemplares de este poemario, cuyo precio en librerías es de tres euros.

Poeta, ensayista y etnógrafo, Puerto se jubiló como catedrático de Lengua y Literatura de instituto después de desempeñar la docencia en Sevilla, Segovia y León, ciudad en la que reside en la actualidad.

Es autor de diez libros de poemas: El tiempo que nos teje (1982), Un jardín al olvido (1987, accésit del premio «Adonáis»), Paisaje de invierno (1993, premio «Ciudad de Segovia»), Estelas (1995), Señales (1997, premio «Gil de Biedma»), Las sílabas del mundo (1999), De la intemperie (2004), Proteger las moradas (2008), Trazar la salvaguarda (2012) y Las protección de lo invisible (2017).

Además de Abecevarios (2018), libro de poesía pintada, así como de varias obras de prosa de creación: Las cordilleras del alba (1991), El animal del tiempo (1999), Un bestiario de Alfranca (2008) y La casa del alma (2015); a las que se suma La madre de los aires (2021).

Su poesía ha sido recogida en diversas antologías, y ha sido traducida al francés, inglés, italiano, portugués y árabe.

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