Que no lo separe ni Dios ni el hombre
El millar y medio de matrimonios que se celebraron el año pasado se quedarán cortos para las expectativas de este 2022, en el que todo apunta a un rebote de la cifra de celebraciones, a expensas del desarrollo de las circunstancias
Una pareja sella con un beso su compromiso matrimonial en una puesta de sol muy romántica. JORGE TORRES
De los 1.392 matrimonios que constató el Instituto Nacional de Estadística en la provincia de León durante el ejercicio de 2021, fueron de carácter religioso 241. La mayoría (1.125 ) tuvieron carácter civil y solamente 26 se celebraron bajo la fórmula de algún otro tipo de ritos.
La eterna y vieja costumbre de contraer matrimonio, denostada por las modernidades, no pierde fuerza con el paso de los años. Los expertos auguran que este año se producirá un aumento de las celebraciones, a expensas de que se gestionen adecuadamente las circunstancias de la vida del país y del continente.
Las personas originales, inconformistas y creativas están de enhorabuena, ya que entre las tendencias de bodas 2023 destaca el estilo ecléctico, en el que no existe ninguna regla, sino que todo vale. Por lo que los eventos nupciales serán una mezcla de estilos decorativos, de estéticas, de formatos, de elementos tradicionales con otros más modernos, rústicos o vintage…
Así que no será de extrañar asistir a una ceremonia donde lo rústico lo inunda todo, pero luego, en cambio, la fiesta final tenga una esencia mucho más vanguardista, con neones, carteles y colores vivos. Bodas.net dice que el objetivo para el próximo año es que no haya dos bodas iguales, así que dar rienda suelta a la imaginación será la mejor baza para acertar. Un efecto boom para atreverse con todo y, sobre todo, sorprender a los amigos y familiares con una boda 100% personalizada.
Se dice que las bodas cada vez son más íntimas. Pero esta afirmación, en la actualidad, no se refiere tanto al número de personas que acuden al evento, sino más bien al hecho de que las parejas cada vez se inclinan más por invitar a sus personas preferidas. Es decir, a aquellas que forman parte de su círculo más cerrado y que las consideran como familia: amigos de toda la vida, niños, mascotas, compañeros de trabajo que se han vuelto imprescindibles…
¿Por qué tener un único día de celebración pudiendo alargar la fiesta un poco más? Y es que concentrarlo todo en unas determinadas horas sabe a poco. Por eso, las parejas ya no se conforman en celebrar su boda en un solo día, sino que ahora la dividen y la viven en varios capítulos.
Una moda que recupera, por tanto, las fiestas de compromiso y las galas de ensayo, las fiestas preboda del día antes, el brunch del día después, etc. Lo suyo es pasar tiempo de calidad con los allegados no solo un día, sino varias jornadas. Algo que sin duda agradecerán los invitados que vienen de fuera, que se sentirán más acogidos y verán cómo aprovechan mejor el desplazamiento.