Diario de León

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Un lugar ideal para desconectar y olvidarse de todo. Eso es lo que se va a encontrar a primera vista cualquier visitante que se acerque hasta el municipio de Urdiales del Páramo, conformado por los pueblos de Urdiales, Mansilla y Villarrín. Tres núcleos que se asientan sobre una tierra con mucho pasado y muy vinculada a la nobleza. Fue señorío de los Condes de Luna, cuyo centro de poder en el Páramo residía en Laguna de Negrillos y contaba con Merino propio.

De aquellos años queda como buen testigo del paso del tiempo su torre, ubicada en lo que fue Barrio y que ahora pertenece al mismo pueblo de Urdiales y tiene casi más de medio siglo de solera. Es símbolo de los tiempos de esplendor, cuando allí mismo había iglesia, casona y cementerio. Ahora queda sólo ella, alta y señorial.

Un típico municipio del Páramo leonés que ronda actualmente el medio millar de habitantes en el que, al igual que en toda la comarca, el paisaje es casi igual y los maíces son parte fundamental de una tierra dedicada desde siempre a la agricultura y ganadería; aunque también tienen cabida otros cultivos como las alubias o la remolacha, entre otros. Trabajos duros, los del campo y el ganado, que han supuesto el motor económico de la zona y que, a día de hoy, es el que persiste y que se ha convertido en el principal revulsivo contra la despoblación en esta zona. Una tierra casi llana, sin la frondosa naturaleza que hay en otros rincones, pero no por ello falta de estímulos para el visitante.

Conserva la escuela como si de un tesoro se tratase. Y con razón, porque donde hay niños, todavía hay esperanza. Una decena de niños dan vida a este municipio y dicen que salen de aquí muy bien preparados. El Colegio Rural Agrupado (CRA) de Bustillo del Páramo se trasladó a Urdiales hace un tiempo y aquí sigue. Un orgullo para sus vecinos y también para la alcaldesa, que defiende la enseñanza pública «como un valor que hay que potenciar».

Las aves parece que han encontrado aquí un buen lugar para quedarse a vivir. La ornitología es un valor en Urdiales del Páramo y a ella se dedican algunos vecinos que atesoran toda clase de aves en instalaciones que se pueden visitar y en las que, incluso, ofrecen algunas excursiones para poder disfrutar de estos animales.

La iglesia de Urdiales tiene uno de los retablos más bellos de España y resulta uno de los tesoros de su patrimonio artístico. Este pueblo fue además parada y fonda de diligencias, el lugar de donde partía y a donde llegaba una ruta de comercio que trajo y llevó gente.

El patrimonio artístico tienen también en Mansilla otro gran exponente. El retablo de la iglesia es del siglo XVIII y su Cristo, del XIII, que fue ‘exiliado’ a un pozo durante años y ahora es devoción y procesión cada 3 de mayo. Por su parte, Villarrín es la villa de la reina y también tiene de lo que presumir, como su torre y su campanario.

Este municipio, con una gran extensión de tierra tiene mucho que ofrecer al visitante y también mucha historia que contar al que viene de fuera.

Asimismo, el Ayuntamiento sigue haciendo esfuerzos para mejorar día a día los servicios del pueblo y por ofrecer una imagen cuidada en cada uno de sus tres pueblos.

Mención especial merecen sus fiestas, en honor San Cipriano en Urdiales, el tercer fin de semana de septiembre; por Corpus en Mansilla del Páramo, en el mes de mayo; y por San Miguel en Villarrín, el último fin de semana de septiembre

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