Diario de León

LEÓN LUCHA POR LA MINERÍA. EN LOS MONTES LUNIEGOS

Como espartanos

Los mineros de Laciana dan un golpe de efecto al tomar durante seis horas el puente colgante sobre el embalse de Luna, algo que no hacían desde los 90.

Publicado por
romero
León

Creado:

Actualizado:

«Más piedras, más piedras, que hay que llenar esto. ¡Venga, bah!», jalea un minero poco antes de la diez de la mañana mientras un nutrido grupo de hombres se organiza para crear una barrera de rocas, ramas de gamacho y alambrada sobre el asfalto de la autopista entre León y Asturias. El objetivo de hoy es tomar el puente colgante sobre el embalse de Barrios de Luna, un golpe de efecto que no se repetía desde las protestas de los años 90. Y lo consiguieron durante seis horas con la única presencia de este periódico como testigo. En sólo seis minutos, el puente quedaba bloqueado en ambos sentidos y decenas de camiones y coches se encontraban atrapados en la autopista. Sólo se dejó pasar a una mujer que trasladaba a Asturias a su hijo enfermo.

Cuando las cimas del monte ya estaban ocupadas por decenas de anónimos dispuestos a resistir cualquier actuación policial, cientos de viajeros les observaban cariacontecidos desde la carretera. Algunos les enviarían por gusto «a protestar a la Moncloa», mientras otros, comprensivos donde los haya, les entienden y aceptan la espera con resignación. Nadie se irritó. Incluso un grupo de viajeros sacó el jamón, la cervecita y se tomó tan pichi el piscolabis en el capó del coche. Los primeros que tuvieron que parar fueron, en sentido León, el camión que abastece de cemento ecológico a las obras de la autopista y, en sentido Asturias, una camioneta de lavandería industrial. Dos vehículos inamovibles por su peso, vaya. La forma de actuar no fue muy distinta a la habitual en otros cortes: «Esto es una protesta minera. Las llaves, por favor».

Intentan poner cara amable, pero las noticias que van llegando desde Asturias y, sobre todo, desde Ciñera de Gordón van enrareciendo la mañana. «Primero, los artilleros y, detrás, los espartanos», bromea uno de los mineros mientras observa el despliegue de compañeros que se han dispersado por el monte en diferentes alturas, el clásico método para disminuir la esperada actuación policial. Un Ferrari rojo atravesando la C-623 les pone en alerta y deciden cortar también esta vía secundaria. De no hacerlo, el corte no tendría sentido porque los vehículos podrían seguir una ruta alternativa. Nuevamente atraviesan vehículos de gran tonelaje y logran su objetivo.

A las doce y veinte de mediodía se escuchan las hélices de la aeronave de la Guardia Civil que anuncia la llegada de los antidisturbios. Han pasado más de dos horas. Pocas veces tardan tanto. Hoy, las protestas en Asturias y la montaña central leonesa tienen desbordadas a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Una unidad básica del GRS de la Virgen del Camino (35 efectivos) llega por el norte. Otra unidad de la comandancia de León, por el sur. En pocos minutos, el puente de Fernández Casado está tomado por las fuerzas policiales. Se intuye tensión. Dos minutos más tarde comienza el enfrentamiento entre unos y otros. De un lado, piedras, petardos y voladores. Del otro, pelotas de goma y botes de humo lanzados desde la bocacha del cetme. La carga duró exactamente diez minutos. A las 12:32 horas para el fuego, pero mineros y guardias civiles se sortean en el inmenso monte luniego. Liquidada la protesta en la autopista, operarios de la adjudicataria se ven obligados a trabajar a marchas forzadas para limpiar la calzada y recuperar el tráfico. No lo tienen fácil. Cortan la mediana y parte de los vehículos pueden dar media vuelta hacia Asturias. Tras seis horas embotellados, cualquier salida les parece buena. Poco después de las cuatro y media de la tarde, el tráfico queda restablecido.

«¿Sabes lo que más me jode de todo esto? Que muchos de los políticos que nos gobiernan hoy se criaron con leche calentada con el carbón que sacamos nosotros». Palabra de minero prejubilado.

tracking