Diario de León

Elecciones

El Gran Hermano que ‘vota’ por los indecisos

Estas elecciones se deciden más que nunca por cuantos aún no tienen decidido su voto. En la provincia, la incertidumbre alcanzaría a 200.000 votantes, cuya decisión puede provocar sorpresas. Los expertos explican como funciona la maquinaria electoral y la mente del elector.

Los indecisos en estas elecciones alcanzan el 41,7% de los votantes

Los indecisos en estas elecciones alcanzan el 41,7% de los votantes

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CRISTINA FANJUL/DIARIO DE LEÓN
León

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Alrededor de un 40% de indecisos hacen que todo esté por decidir el 28-A. Los expertos consultados consideran que la batalla por cada voto se librará hasta el último minuto. Sin embargo, la estrategia de cada partido se articula en diferentes segmentos de población gracias a los análisis realizados por los equipos que desde hace año trabajan para convertir el big data en una cosecha de información con la cual persuadir al votante con propaganda ad hoc.

El CIS aportó en su última oleada el perfil del votante que decidirá la configuración del próximo parlamento y, por lo tanto, el color del Gobierno. El elector indeciso es transversal. No hay más caladero en la derecha que en la izquierda, lo que abre el abanico de las posibilidades. Su edad es importante, igual que el sexo, ya que la mayor parte de las personas que aún no han decantado su voto se encuadran en el segmento de mujer joven (un 57%) frente al 34% que tienen más de 68 años. Además, y de manera paradójica, hay más indecisos en el campo que en las grandes ciudades.

Uno de los partidos que mejor ha clasificado a los votantes susceptibles de ‘caer en su red’ es el PSOE. De hecho, su programa Bloise sabe que en León deben fijarse en los jóvenes entre los 18 y los 26 años. «Hay menos indecisión en el segmento de población mayor y rural», destacan fuentes socialistas, que revelan que el equipo de campaña elabora mensajes para cada público gracias a un estudio de segmentación en redes sociales. «Para los electores más jóvenes usamos Instagram; para el resto, Facebook», añaden. En estas elecciones el PSOE provincial se ha propuesto centrarse en 60 temas básicos que saben que preocupan a su perfil de votante y añaden que Bloise permite conocer de qué manera se comporta el voto en cada zona. Por ello, cada día de campaña lo dedicarán a ‘exprimir’ la preocupación del lugar que visiten los candidatos. La herramienta es tan fiable que permite conocer que el partido tiene más posibilidades de captar indecisos en las mesas electorales de Hacienda o el Auditorio que en la del Ayuntamiento.

Toda esta información es el resultado de un análisis pormenorizado de cada uno de nosotros.

Marta Peirano, fundadora de CryptoParty Berlín, una iniciativa sobre cuestiones de privacidad y seguridad en internet, explica que el partido que depende más de la estrategia en redes es Vox: «como campañas anteriores a las que imita, especialmente la de Bolsonaro en Brasil, ha invertido todo lo que tienen en la red social», asegura al tiempo que desvela que es, además, la fórmula más barata y la más efectiva, sobre todo si eres un partido nuevo, pequeño y sin escaños.

Campañas a medida

Pero ¿cómo descubren los partidos políticos a la población indecisa para convertirla en blanco de su propaganda electoral? Peirano, autora de Pequeño libro rojo del activista en la red, subraya que las plataformas digitales tienen un sistema publicitario que segmenta a la población en grupos específicos: geográficos, demográficos, ideológicos, culturales o identitarios. «En los últimos años las campañas digitales online usan ese sistema para encontrar los segmentos que más les interesan y hacer campañas a medida para ellos en las que explotan sus debilidades y miedos de forma específica». La escritora destaca que lo más importante de esta estrategia es que van dirigidas a los internautas que el partido quiere. «Por eso se llaman campañas oscuras, porque no ocurren en la televisión, la radio o en marquesinas donde las ve todo el mundo, por lo que no se pueden monitorizar». Parte de la estrategia consiste en crear la ilusión de que hay consenso, movimiento civil orgánico que surge desde las bases y que el partido solo canaliza y representa. Peirano revela que la manera rápida de crear esa ilusión es comprar el apoyo en granjas de bots. «Un método barato y efectivo a largo plazo es encontrar a esos grupos poblacionales de interés, invitarlos a grupos secretos que coinciden con su ideología y usar esos bots para engordar la participación», añade Marta, que aclara que el paso siguiente es cultivar los rasgos que más les interesa explotar, como por ejemplo la religión o el orgullo de ser español. «Siempre se crean dinámicas de endogrupo basadas en el rechazo a otros, como los inmigrantes, los intelectuales o las feministas».

La periodista advierte de que esos grupos se han polarizado lo bastante como para convertirse en activistas de la campaña, con lo que el único paso que le queda al partido es poner en marcha equipos de personas a sueldo y de convencidos que se dedican a hacer memes, distribuir noticias falsas, enviar material de campaña a sus círculos, reclutar a otros y atacar viciosamente a candidatos. «Su comportamiento recuerda al de los bots porque están coordinados y utilizan aplicaciones como tweetdeck para programar cosas, pero son personas intoxicadas por una falsa sensación de comunidad en un momento en que dominan la soledad y la sensación de vacío», recalca.

Marta Peirano contradice a quienes creen que hay segmentos ideológicos impermeables y asegura que hay estudios de investigación que dicen que los más intelectuales son más fáciles de engañar, precisamente porque se creen demasiado listos para ser engañados. «Yo creo que todo el mundo es fácilmente manipulable con herramientas que no existían hace una generación. Nos han estado espiando durante 15 años. No apelan a nuestro cerebro sino a nuestras emociones. En España hemos visto ejemplos claros de intelectuales lobotomizados por una campaña de intoxicación en las redes sociales», asegura. Por ello, considera que la campaña de reflexión será el día de mayor actividad electoral en las plataformas digitales.

El uso de los datos para ‘secuestrar’ nuestro voto no es complicado. De hecho, la herramienta que usan estaba diseñada para ayudar a las marcas a manipular a la gente —«para que compren cosas que no necesitan o para determinar cuánto les puede cobrar por los productos y servicios que sí necesita»—. La periodista pone ejemplos claros: subirle el seguro médico a una cliente cuando se va a quedar embarazada o está predispuesto a sufrir un infarto. Esta solución tecnológica se usa por los partidos en campaña para detectar grupos de interés en las zonas donde un número pequeño de votos puede ser decisivo. «De esta manera, la estrategia se diseña para capitalizar las preocupaciones, incertidumbres y necesidades de los indecisos», manifiesta.

La segmentación

El profesor de Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, Óscar Sánchez, destaca que en el ‘mercado político’ hay varias maneras de segmentar al votante. Está el indeciso, el decidido y el abstencionista. «Además, los partidos analizan al votante en cuatro categorías: el fijo, que es el que me va a seguir votando, el adquirido, el potencial, que es susceptible de ser atraído, y el lejano, aquel que nunca le votará», explica Sánchez, que deja claro que los partidos políticos en campaña prescinden de los fijos y de los lejanos. «Lo único que hacen para no perder a los primeros es no cometer errores, pero en realidad todo su esfuerzo se basa en no perder adquiridos y en captara los potenciales», añade.

El experto sostiene que en estos comicios el escenario está «muy polarizado» por el sectarismo y lo que denomina «voto hooligan». «Este enconamiento es la razón de que el eje izquierda-derecha vuelve a adquirir mucho protagonismo», enfatiza al tiempo que lamenta el «excesivo simplismo» con el que se está analizando. «El etiquetado político no da información sino que se presta al juego maniqueo como arma arrojadiza, con lo que no enriquece el debate», subraya. Revela que el bloque definido como de indecisos tiene muy claro a quién no votará, lo que puede provocar un doble comportamiento: la subida al carro vencedor y el compartimento contrario. «Yo creo que el voto de castigo va a tener una especial incidencia y en este caso el PSOE puede que no sea el voto favorito pero es el útil», asegura.

Acerca del perfil realizado por el CIS, Sánchez explica que el voto rural es indeciso a causa de la variable de la España vaciada. «La despoblación lleva a una posición en la que el votante abandona a los que no han sabido frenarla. El desconcierto y la desconfianza amplían el caladero de la indecisión», dice, al tiempo que advierte de que los jóvenes y las mujeres son dos categorías demasiado amplias como para ser segmentadas con trazo grueso. «La fragmentación es cada vez mayor, casi individual, con lo que tratar de pensar en ellos como un bloque sólo lleva al fracaso».

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