Diario de León

Entierros

León se prepara para decenas de funerales

Muchas familias que han perdido seres queridos por la pandemia aguardan a la fase 2 para empezar a celebrar misas por sus difuntos «Es un derecho de toda la comunidad parroquial celebrar la esperanza cristiana», reconoce el Obispado

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Ponferrada

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Decenas de familias leonesas esperan a que la situación se empiece a normalizar a partir de la fase 2 de la lucha contra el Covid-19 —el Bierzo, en principio, entrará el lunes— para celebrar funerales por sus seres queridos, enterrados en plena pandemia con un simple responso y tres asistentes o 15 personas y el 30% de aforo en las iglesias en esta fase 1.

«Ya lo comienzan a pedir algunas familias, aunque muchas esperan aún a que los familiares puedan venir de otras provincias», explica el vicario de Pastoral de la Diócesis de León, Jesús Miguel Martín.

También lo están percibiendo así en Serfunle, cuyo gerente, Agustín Martínez, insiste en el sufrimiento de quienes no han podido despedirse de sus seres queridos. Serfunle ha contado con medios de protección desde el inicio de la pandemia —epis y mascarillas— y, aunque se le ofreció incinerar fallecidos de Madrid durante los días más críticos, rehusó hacerlo para no comprometer su labor diaria en León. «Todos los fallecidos se han tramitado en tiempo y forma, e incluso hemos tenido traslados a Madrid, Galicia o Asturias. Ahora muchos esperan para organizar un funeral», comenta Martínez.

Para los sacerdotes

«Esta pandemia ha sido cruel con las personas más vulnerables: ancianos y enfermos»

Durante las semanas más duras, los sacerdotes han sido llamados por las funerarias para actos muy sencillos, sin tiempo para velar a los fallecidos. «Al estar los templos cerrados —explica el vicario de Pastoral—, la misa de funeral no podía celebrarse: quedaba pospuesta a otra fecha que determinara la familia. El sacerdote acudía directamente al cementerio, donde hacía las oraciones antes de enterrar el cadáver, tan sólo acompañado de tres familiares». De ahí que ahora muchas familias piensen en un funeral.

El funeral, aclara Jesús Miguel Martín, «no sólo es un asunto que compete a la familia del finado, sino como miembro de una comunidad, es un derecho de toda la comunidad parroquial celebrar la esperanza cristiana».

Antolín Martínez, párroco de la Sobarriba, lo ha vivido como sacerdote rural y también como cura en el cementerio de León, en el turno de mañana. «Ha habido mucho dolor y pena, y con mucha impotencia».

En muchos casos

Las peticiones se están retrasando hasta que los familiares puedan viajar entre provincias

Él mismo ha sido testigo de entierros con tres personas cuando eran seis o siete hermanos y todos no podían entrar. Situaciones que también se han vivido en los pueblos, «donde la gente es muy solidaria y acude a los entierros todo el vecindario. Tener que celebrarlo con tres personas ha sido muy triste», insiste.

Ningún sacerdote de las diócesis de Astorga o León había vivido una situación así antes. Si acaso Manuel Flaker, de la iglesia del Mercado de León, lo compara con los años que residió en Colombia, en la época de Pablo Escobar y el narcotráfico. «Fue una época también terrible; veías familias destrozadas, con mucha angustia, pero nada como esta pandemia». Y es que, las únicas comparaciones posibles, no se han dado ni en la Guerra Civil, ni en la gripe española de 1918. «Desconozco los datos con precisión de lo que ocurrió, pero creo que esta pandemia ha tenido tintes más dramáticos porque mostraba toda su crueldad con las personas más vulnerables: ancianos y enfermos», señala el vicario de Pastoral.

De momento, no hay fecha para que León pase a la fase 2. Será entonces cuando se pueda empezar a celebrar un adiós digno para los 542 muertos hasta la fecha.

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