El Pimiento Asado apela al consumidor local para poder dar salida al estocaje

El mismo fin de semana en el que se decretó el estado de alarma y comenzó el confinamiento, el Consejo Regulador del Pimiento Asado del Bierzo, la Asociación Berciana de Agricultores y el Consejo Comarcal presentaron la campaña diseñada para fomentar el emprendimiento agrícola con el fin de incrementar las hectáreas cultivadas de pimiento para cubrir la necesidad de las industrias transformadoras de la comarca. El año marchaba bien en lo que a comercialización se refiere y las previsiones eran optimistas ante la proximidad de una Semana Santa que siempre marca un repunte en las ventas. Eso fue antes de que hostelería y restauración acumulasen más de un mes de cierre obligado y con ello se frenara en seco la comercialización de botes de pimiento asado.

Restaurantes y bares de tapas son el sustento básico de las ocho industrias que comercializan pimiento del Bierzo y sin actividad no hay ingresos por ventas. Es el producto de los que tienen sello de calidad en la comarca que más está sufriendo el impacto de la crisis sanitaria. Todos han retrocedido en mayor o menor medida; pero la fruta se sigue comprando en el supermercado y las ventas de vino en superficies comerciales se han incrementado notablemente. En cambio, el Pimiento Asado del Bierzo no es el más elegido en los lineales de estos establecimientos. El cliente apuesta por opciones más baratas. Por eso, el Consejo Regulador de la IGP del Pimiento Asado hace ahora un llamamiento al consumo de producto local. Que los de aquí consuman lo de aquí ayudaría a mitigar la caída radical de las ventas.

«Nuestro mayor nicho de mercado es la restauración y está cerrada con un plazo que, además. no sabemos cuándo terminará. Tampoco hay turismo y los turistas también son compradores potenciales de pimiento, que es un producto muy específico del Bierzo. Esto ha coincidido con una de las mejores épocas de ventas del año», aseguró el presidente de la Indicación Geográfica Protegida, Pedro García.

Los almacenes de las industrias acumulan stock sin poder darle salida. No obstante, García ya adelanta que todas las empresas «harán un esfuerzo» por no limitar la entrada de pimiento de los agricultores durante la campaña de recolección. «Ahora mismo, estamos a cero y si esto dura tres meses, los stocks van a ser importantes. Pese a ello, estoy seguro de que las industrias van a recepcionar todo el pimiento que llegue», dijo Pedro García. La media está entre 120.000 y 130.000 kilos anuales, con los que elaboran unos 160.000 tarros de pimientos al año. También ayuda a esa previsión pese al parón el hecho de que «generalmente, el stock en los almacenes era bajo».

«Si en los lineales de los supermercados y pequeñas tiendas de alimentación que sí están abiertas se vendieran pimientos del Bierzo, tendríamos un pequeño aliciente para poder seguir haciendo frente a los gastos», insistió el presidente del Consejo Regulador. «El consumidor se ha acostumbrado a precios bajos y esa tendencia no se cambia fácilmente», reconoció. ¿Qué es lo que pasa? Que el pimiento que llega de otros países y se vende en las grandes superficies comerciales tiene un precio muy inferior al que se cultiva, se transforma y se comercializa aquí, porque «los costes de producción y también la calidad son mucho menores», dijo el máximo responsable de la IGP.

Pero las industrias transformadoras del Bierzo no sólo han visto frenado el consumo de pimientos embotados, sino que la caída es generalizada en todas las conservas y mermeladas que se realizan con producto local, como castañas en almíbar, membrillos, cerezas en aguardiente o transformados de tomate.