Un polígono que ha sobrevivido pese a los que no llegaron nunca

El mal fario que el polígono de Vidanes ha acumulado desde sus inicios parece haberse roto con la instalación de la empresa Apaycachana, que comenzó su andadura en diciembre del 2008 y que se ha consolidado gracias al milagro de crear una huerta bajo el plástico. Paralelamente a los invernaderos, se puso en marcha la planta de cogeneración de Energía. Ambos proyectos han generado 30 puestos de trabajo estables en la comarca.

Pero no sólo de los tomates es el mérito. La empresa Seprolesa lleva más de diez años en Cistierna generando empleo de forma continuada hasta los 80 con los que cuenta actualmente. Junto a ella, una docena de empresas pequeñas que abarcan todos los sectores han dado vida al polígono tras el cierre de Enervisa manteniendo un nivel de ocupación que ha hecho posible la puesta en marcha de una segunda fase.

También en la comarca de Cistierna, en La Sorriba, se encuentra la única cooperativa ganadera de la comarca, Cea-Esla, que mantiene una veintena de empleos y que se ha expandido por otros municipios de la provincia. Se dedida a la producción de piensos y a la fabricación de quesos.

Sin salida. Pero en este camino han sido varios los proyectos que anunciaron su llegada al polígono de Vidanes y que nunca se vieron por allí. La más destacada fue la iniciativa anunciada por Pevafersa, la compañía zamorana que pretendía instalar una planta de depuración y corte de silicio a la que la crisis le hizo cambiar de idea. Se trataba de un proyecto que iba a generar 300 empleos y que finalmente se ha quedado en el aire. La propuesta parecía tan seria que incluso se iniciaron contactos con las administraciones por parte del Ayuntamiento para conseguir el apoyo financiero suficiente para no dejar escapar la liebre.

Otra de las empresas que también anunció su intención de instalarse en Vidanes fue Envases Naturales, que ni siquiera llegó a abrir sus puertas. Había prometido que crearía 35 empleos.