Diario de León

Vox amenaza la vuelta del bipartidismo

El auge de la formación de Abascal frena la recuperación del PP, que tendría que pelear con el PSOE para lograr 
el segundo escaño u La caída que auguran las encuestas a Cs y el estancamiento de Podemos les alejan de volver

Ley dhont

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Publicado por
Á. Caballero / M. Romero | León
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El retorno al bipartidismo que anunciaban las encuestas cuando se convocaron las elecciones y al que se encargó de dar sustento la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), anterior a la sentencia del procés y la exhumación de Franco, se dinamita con el paso de los días. Conforme se descuentan las jornadas hasta la cita de las urnas del domingo, la previsión de bajada de la participación y la inercia al alza de Vox cuestionan el escenario. La incertidumbre entra ya incluso en los informes internos de los dos partidos mayoritarios, que recogen que el avance de la formación de Santiago Abascal la convertiría en la tercera fuerza en cuanto a intención de voto en la provincia. Como resultado, obtendría el tercer cociente de reparto de escaños, de acuerdo a la ley D’ Hont, y haría que PSOE y PP tuvieran que disputarse los restos del cuarto para ver cuál de los dos se hace con su segundo acta dentro de la circunscripción provincial leonesa.

El auge de la formación de ultraderecha alteraría por completo el ecosistema político asentado en los comicios del pasado 28 de abril. Entonces, fue el auge de Ciudadanos, con 50.612 votos, el que evitó el retorno del bipartidismo y se hizo con el tercer cociente, lo que llevó a que el PSOE ser hiciera con los restos del cuarto gracias a sus 47.41 papeletas, la mitad del total cosechado, 94.834, con las que logró el primer acta de reparto. Los resultados de esa cita dejaron el bipartidismo a 33.086 votos de diferencia, que son los que hubieran tenido que lograr los populares para desbancar a la formación naranja, a la vez que los socialistas hubiesen necesitado otros 6.390 apoyos para asentar el dos a dos entre las formaciones hegemónicas.  

Ahora, este papel de distorsión en el reparto histórico le tocaría a Vox, de acuerdo a las proyecciones demoscópicas, que auguran que la lucha estaría entre el PSOE y el PP para saber quién de ellos obtiene dos diputados y cuál se conforma con tan sólo uno. Los populares venden que los informes internos que manejan en la dirección nacional de Génova les sitúan a poco más de un punto de diferencia, gracias a la subida que obtendrían al pescar en el caladero del que se abasteció de manera mayoritaria Ciudadanos en abril, así como a la caída que se atisba en los resultados del partido de Pedro Sánchez. Para salvar ese trecho, han redoblado en los últimos días de campaña el discurso contra las propuestas de Abascal, con apelaciones directas a las consecuencias que tendría para la Política Agraria Comunitaria (PAC) los ataques a Europa que propone la formación que queda a su derecha.  

Frente a estas cifras, los socialistas leoneses defienden que los informes que les llegan desde Ferraz, que ni siquiera ha hecho el esfuerzo de movilizar al presidente del Gobierno ni a sus primeros espadas en ningún acto en la provincia, les pronostican una diferencia más que suficiente para mantener la distancia con los de Pablo Casado. Los números les darían la hegemonía de volver a ser la opción más votada y obtener dos actas, a pesar de que la segunda sea la de los restos del cuarto cociente de reparto de acuerdo a la Ley D’Hont.  

Ni siquiera se muestran preocupados los socialistas por la amenaza del descenso de la participación, que se augura que bajaría del 65%, mientras que hace seis meses fue del 75,92% sin contar con los españoles en el extranjero y del 68,2% contabilizado el Censo Electoral de Residentes Ausentes (Cera). Esta bajada, en la que incidirá de manera directa el hartazgo hacia el bloqueo de acuerdo de los partidos para llegar a un Gobierno, se tendría que conjugar con una posición de fortaleza de Unidas Podemos para reducir la bolsa del PSOE y auparse al escaño del Congreso dentro de la bolsa de votos del bloque de la izquierda. Aunque las encuestas, lejos de atisbar esta situación, pronostican que la formación morada se quedará aún más allá de los 312.624 votos que le faltaron hace seis meses para repetir el acta que tuvieron en diciembre de 2015 y marzo de 2016.  

El gran perdedor, si se cumplen las encuestas, sería Ciudadanos. Al rebufo de la depreciación nacional experimentada por Albert Rivera, Justo Fernández corre el reeditar la efímera representación que ya tuvo su compañero Enrique Bueno, quien entró en diciembre de 2015 y se quedó fuera en marzo de 2016. No en vano, su bolsa se anuncia como el principal botín del que se abastecerá Vox en su subida e, incluso, el PP, que aspira a recuperar parte de los votantes que se le fugaron en el mes de abril.  

Fuera de la comparativa se presenta la Unión del Pueblo Leonés. Los leonesistas no acudieron a las urnas del 28 de abril. Su precedente en las generales hay que buscarlo en los 2.079 votos de marzo de 2016, aunque más fiable es confrontarlos con los 26.560 papeletas de las elecciones autonómicas del 26 de mayo. Pese a esta cifra, necesitarían entre 14.000 y 20.000 votos más para entrar en la disputa por que, por primera vez en la historia, el regionalismo leonés entrara en el Congreso.

 

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