Diario de León

Tribunales

Absuelto el autor del incendio de Mosteiros porque tenía las facultades mentales perturbadas

Conmutada la pena por nueve meses de tratamiento y 37.000 euros

Helicóptero contra el fuego en un incendio en Barjas en 2017. DL

Helicóptero contra el fuego en un incendio en Barjas en 2017. DL

León

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El vecino de Mosteiros acusado de causar el incendio que hace tres años arrasó 350 hectáreas de monte tras perder el control de una quema de matorrales, fue absuelto por el Juzgado de lo Penal 1 de Ponferrada del delito de incendio forestal, por entender que tiene sus facultades mentales perturbadas. A cambio, conmuta la pena por nueve meses de libertad vigilada en tratamiento médico y una multa de 37.000 euros.

El apartado de hechos probados de la sentencia señala que día 7 de agosto de 2.017, sobre las 16:58 horas, el acusado , con la intención de desbrozar una zona de vegetación y monte bajo localizada en Mosteiros (Barjas), procedió a prender fuego a los matorrales con el empleo de unas cerillas y sin adoptar medida de precaución alguna, provocando un incendio que movilizó diversos medios terrestres y aéreos de extinción de la Junta de Castilla y León, siendo sofocado a las 21:42 horas y quedando completamente extinguido a las 20:35 horas del día siguiente, afectando el fuego a una superficie de 347 hectáreas de matorral y robledal pertenecientes al Monte de Utilidad Pública número 824 de Mosteiros y al Monte de Utilidad Pública número 857 de Oencia.

350 hectáreas

El fuego arrasó 350 hectáreas hace tres años y el condenado padece un retraso mental moderado

Los daños causados por el fuego en los montes de utilidad pública han sido valorados en 552,29 euros, estimándose en 5.124,40 euros el perjuicio de impacto ambiental y ascendiendo a 32.338,69 euros los gastos de extinción del incendio que se reclaman por la Junta de Castilla y León. El condenado padece un retraso mental moderado y cuenta con escasa formación educativa, teniendo reconocido desde el año 1.988 un grado de discapacidad intelectual del 66%, siendo una persona vulnerable e influenciable, con escasa capacidad de anticipación y con recursos limitados para reaccionar ante situaciones imprevistas que escapen de lo cotidiano. Esta deficiencia intelectual anula su capacidad para conocer el alcance y consecuencias de los hechos cometidos y para dirigir su conducta de forma eficaz ante situaciones o acontecimientos imprevistos.

El foco inicial del incendio se situaba a unos 800 metros de la casa donde habita el acusado, motivo por el la Guardia Civil tomó declaración como testigo al sospechoso, primera persona que al parecer había detectado el humo del incendio y quien, de forma inesperada y durante su declaración testifical primero y su posterior declaración como investigado después acabó confesando la autoría del incendio, explicando que había prendido el fuego para limpiar la maleza que rodeaba y amenazaba con cerrar su casa.

”Esta autoinculpación no fue sin embargo sostenida por el acusado ante la juez instructora y tampoco en el acto del juicio, explicando que su confesión reconociéndose autor del incendio se debió al miedo que le provocaron las presiones de los agentes de la Guardia Civil que le interrogaron y que le amenazaron con meterle en la cárcel si se no confesaba culpable, presiones que los agentes niegan y que ciertamente no parecen verosímiles», dice la sentencia.

«Es verdad que el acusado tiene escasa formación educativa y presenta una deficiencia intelectual que según se describe en el dictamen forense puede afectar a su impresión y percepción de las cosas, siendo por ello una persona sensiblemente vulnerable, impresionable y por tanto fácilmente manipulable o influenciable, pero el tenor de su declaración recogido en el atestado policial ofrece una impresión de naturalidad y espontaneidad, además de que el acusado dio detalles relevantes sobre cuestiones aparentemente menores que refuerzan la convicción de que su autoinculpación fue sincera y expresaba la realidad».

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