Diario de León

Cae un banda criminal europea que reventaba cajeros y atentó en Toral

Hay siete detenidos en España, Bélgica y Rumanía tras una investigación dirigida desde Ponferrada

Foto de una de las detenciones facilitada por la Guardia Civil. G. C.

Foto de una de las detenciones facilitada por la Guardia Civil. G. C.

Ponferrada

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La investigación que la Guardia Civil inició a finales de 2020 tras el ataque con explosivos que sufrió la sucursal bancaria del Santander en Toral de los Vados ha culminado con la desarticulación de la «organización criminal más activa de Europa, dedicada al robo de cajeros automáticos», afirmaron fuentes oficiales. Un total de siete personas han sido detenidas en diferentes actuaciones desarrolladas por la Guardia Civil en España, Bélgica y Rumanía, también con la colaboración de las policías de estos países y Francia.

‘Berthelot’ se denominada la macrooperación que ha puesto fin a la oleada de robos cometida por la banda ahora desarticulada, a la que se le atribuyen hasta 22 ataques con artefactos explosivos en diferentes países europeos (España. Bélgica, Suiza, Alemania, Francia y Luxemburgo) desde el año 2019. De ellos, siete se produjeron en diferentes pueblos del noroeste español y los 15 restantes, en territorio europeo. En total, el grupo organizado se hizo con un botín de un millón y medio de euros. También se han esclarecido en España 18 delitos relacionados con el robo de vehículos y otros robos con fuerza en distintas empresas, cometidos de manera simultánea a los delitos principales.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 y la Fiscalía de Ponferrada han dirigido la investigación en España, que ha sido llevada a cabo por el Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO-Galicia) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Unidad Orgánica de Policía Judicial de León y Unidad Técnica de Policía Judicial, y coordinada por Europol y Eurojust.

‘Pala de pizzero’

El método utilizado en todos los ataques era el mismo, el conocido como ‘Pala de pizzero’ y la base de operaciones estaba en Ribadeo (Lugo). «La investigación en España se inicia tras un ataque con explosivos en una sucursal bancaria en Toral de los Vados, cuyo modus operandi seguía patrones idénticos a hechos similares producidos en otros países europeos», relata la Guardia Civil. Además de utilizar pólvora negra para reventar las instalaciones, hacían uso de un vehículo previamente robado que después abandonaban, no sin antes rociar todo su interior con «un extintor para impedir cualquier identificación de los autores».

Tal era la cantidad de explosivo que utilizaba en los asaltos que causaban graves daños estructurales en los inmuebles en los que se ubicaban los cajeros asaltados, además de «gran alarma social» y «sensación de inseguridad», sobre todo si se tiene en cuenta que actuaban en pueblos pequeños y tranquilos.

Desplazamientos continuos

Una vez abierta la investigación y relacionados los hechos de Toral de los Vados con los registrados con anterioridad en otros puntos de Europa, la Guardia Civil constató también la vinculación con otros robos en la zona noroeste del país y «la continua itinerancia» de las células operativas de la organización investigada, que «disponía de una rama logística asentada en la localidad de Ribadeo (Lugo)», detallaron fuentes de la investigación, explicando también que los ladrones de cajeros automáticos «planificaban exhaustivamente sus acciones, realizando una rigurosa selección de posibles objetivos y decantándose por cajeros automáticos asentados en localidades con escasa vigilancia policial y acceso rápido a grandes vías de comunicación para facilitar su huida».

La alta movilidad atribuida a la banda organizada no se daba solo en España, sino por toda Europa: «Durante el transcurso de la operación se pudo comprobar la elevada movilidad geográfica llevada a cabo por los investigados, que accedían a España desde diferentes países europeos con el fin de acometer el ilícito penal, abandonando seguidamente nuestro país». Por eso, para el éxito de la operación policial ha resultado fundamental la cooperación entre los cuerpos de seguridad de varios países. «Los continuos flujos de información han permitido la monitorización de los principales integrantes de este grupo criminal por distintos países europeos», resaltó la Guardia Civil.

Una operación en varias fases

El pasado mes de octubre, la Guardia Civil tuvo conocimiento de que una de las células operativas de la organización había regresado a España para volver a perpetrar algún asalto. Los agentes comprobaron que los atracadores se había vuelto a asentar en Ribadeo, «desde donde realizaron varios desplazamientos por localidades cántabras y asturianas, fijando finalmente su siguiente objetivo en la localidad de San Claudio (Oviedo)». Robaron un coche de un concesionario y se desplazaron hasta la entidad bancaria que habían seleccionado, haciéndose con un botín de 48.000 euros. Pero el éxito duró lo que la Guardia Civil tardó en detenerlos, que fue de manera inmediata.

Con esta detención, se neutralizó «la célula más peligrosa» y se inició la segunda fase de la operación ‘Berthelot’, la de las detenciones en varios países. «Se activaron las pertinentes órdenes europeas de detención en distintas acciones simultáneas llevadas a cabo en España, concretamente en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz, así como en Bélgica y Rumanía», explicaron fuentes policiales.

En Torrejón, los agentes de la Guardia Civil intervinieron varios medios técnicos de balizamiento muy avanzados, así como cámaras IP de vigilancia preparadas para ocultar en medios encubiertos. Entre el material incautado había, incluso, prendas de uniformidad de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como fundas de chalecos antibalas.

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