Diario de León

LEÓN ■ COSTUMBRES ANCESTRALES

Campanas al vuelo para la Unesco

Cuarenta campanarios repican a la vez desde el Bierzo a las tierras de León y se suman a la reivindicación para que el toque manual sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Un niño de Fresno de la Vega toma el relevo a Antonio Bodega con la Santa Bárbara. OTERO PERANDONES

Un niño de Fresno de la Vega toma el relevo a Antonio Bodega con la Santa Bárbara. OTERO PERANDONES

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M. Á. CEBRONES / ANA GAITERO | BEMBIBRE | LEÓN
León

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«Es un homenaje a una cultura que se va», decía ayer el alcalde pedáneo de Santa Marina de Torre, Melchor Moreno, para explicar la razón por la que más de cuarenta campanarios de toda la provincia, desde el Ponferrada al Bierzo Alto, desde la ribera del Órbigo al alfoz de León y la ribera del Esla, repicaron a medio día de al unísono.

Santa Marina recogió hace unos días el testigo de la propuesta realizada en España por la asociación Hispania Nostra y se encargó de contactar con distintos pueblos de la provincia en busca de apoyos a la iniciativa internacional para que la Unesco reconozca el toque manual de campanas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En total unos 300 campanarios de toda España y un millar en Europa unieron sus repiques en un solo clamor para reivindicar este singular legado, del que ya muy pocos son depositarios. Es el caso de Antonio Bodega, de Fresno de la Vega, que tiró del badajo de la Santa Bárbara y el esquilín con pericia y precisión para hacer repicar los bronces a tente nube, a concejo y hasta a fuego, lo que alarmó a alguna vecina que salió a preguntar. También le acompañó algún crio que quiere aprender, como ya lo hacen en Villabalter los pupilos de Pedro Delgado, otro maestro campanero.

A pesar de la falta de campaneros que sufren los pueblos, en el Bierzo y en una jornada como ayer, Día Europeo del Patrimonio Cultural, se dejaron oír las campanas de lugares tan emblemáticos como la Basílica de la Encina de Ponferrada, la Colegiata de Villafranca y la iglesia de San Nicolás o el Santuario del Ecce Homo en Bembibre. Y junto a ellos localidades más pequeñas, hasta sumar una veintena en la comarca, como la propia Santa Marina, que organiza un encuentro anual. «Se está despertando el interés de los jóvenes por este tipo de toque y pensamos en crear una escuela de campaneros», explicaba ayer Moreno. Villarejo de Órbigo organizó un repique simultáneo en las iglesias del Carmen y de San Juan Evangelista de Veguellina, de La Asunción de Estébanez de la Calzada, de San Martín de Villarejo y en la parroquia de San Miguel Arcángel y el Monasterio de la Asunción de Villoria.

Los campaneros Javier Mayo, sor Tina, Pepe Pérez Miguelez, Amador Pinos, Guillermo Alonso Ares y Joaquín Panero hicieron sonar el ‘Angelus’, el ‘Tentenublo’, toque para avisar de la llegada de nubes y el ‘Repique de fiesta’. Cinco minutos en los que el repique automático fue sustituido de nuevo por el ritmo y el talento de los hombres y mujeres dedicados durante años a esta tarea que se ha ido perdiendo poco a poco. Son tañidos que han regulado las vidas del lugar desde el siglo XIII. Al repique europeo se sumaron también la Basílica de San Isidoro, en León capital, Astorga, Omaña y Laciana.

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