Clasicismo o transgresión

El diseño de una etiqueta depende de la estrategia de la bodega. Las de mayor historia y tradición se decantan por estilos clásicos y tradicionales que simbolizan los mismos valores, con un buen papel, una tipografía elegante y un diseño limpio. «Buscan reforzar una imagen de marca sostenida. Sus consumidores apelan a la tradición y a la calidad, son fieles a esos vinos y a la bodega por sus valores de marca», explicó Juan Salví. No obstante, «tirar por ese camino no significa que no se puedan hacer etiquetas maravillosas e innovadoras con la personalización y los acabados que te brinda la industria hoy en día», añade el diseñador gráfico.

Otras bodegas con menos bagaje u otros fines promocionales prefieren un estilo más desenfadado y transgresor «para buscar un mayor impacto y recuerdo en el consumidor», dijo Salví. En cualquiera de los casos, el fin siempre es dotar de carácter al vino.