Inventario provincial de un expolio
Cuatrocientos cincuenta kilos de plata robada de las iglesias
El historiador José Antonio Balboa escarba en el saqueo de la platería religiosa durante todo el siglo XIX, con 45 robos en templos de la comarca
Teijelo, Miguel J. García, Balboa y Miguel Ángel Pérez, ayer. LDM
El siglo XIX fue el del saqueo de las alhajas —la platería de cálices, copones, patenas, coronas, vinajeras, cruces procesionales, lámparas, medallas, incesarios y otros objetos de la liturgia— en las iglesias de la provincia de León. Un siglo antes de la actividad del popular ladrón Erik El Belga, que desvalijó hace unas décadas el patrimonio artístico, los ladrones decimonónicos quería plata. Hasta cuatrocientos cincuenta kilos, 680 objetos y 165 iglesias desvalijadas —45 de ellas en los partidos judiciales de Ponferrada y Villafranca— es el balance que ha documentado el historiador bercianao José Antonio Balboa en uno de los artículos del nuevo número de la revista Bierzo. Objetos, casi siempre, que los rateros querían para fundir la plata —apenas había cálices o candelabros de oro en los templos— y que solían dañar o destruir después de los robos «con nocturnidad y alevosía», decía ayer Balboa, para esconderlos en huertos, casetas o alcantarillas, antes de poder vernderlos.
La revista Bierzo también incluye entre sus artículos un texto de Fernando Frá Castro sobre las campanas de la Basílíca de la Encina recién restauradas, y portada de la publicación, y, entre otros un nuevo estudio de la burguesía de Ponferrada a cargo de Miguel J. García, que ayer hizo un llamamiento al Ayuntamiento para que no se pierdan los nombres antiguos de las calles de la ciudad.