Denuncian la venta para chatarra de otras dos locomotoras del tren minero
Ferroviaria Berciana lamenta la pérdida de las dos primeras máquinas con tracción diesel.
Una de las Krupp, hasta ahora en los talleres de Villablino. CFB
maría carro | ponferrada
La Asociación Cultural Ferroviaria Berciana (CFB) ha denunciado una nueva pérdida de patrimonio del ferrocarril Ponferrada-Villablino. Se trata de las dos locomotoras diesel Krupp 601 y 602 que se encuentran, desde hace más una década, en el exterior de los talleres de la capital lacianiega y que «son representativas de la historia del ferrocarril de La Minero, puesto que fueron las primeras con tracción diesel y, además, son los últimos vestigios de la antigua Empresa Nacional Calvo Sotelo (Encaso), compañía que se las vendió a MSP en 1981», explicaron ayer fuentes de la CFB .
Miembros de esta asociación han tenido conocimiento de que el administrador concursal de Coto Minero Cantábrico ha vendido a una empresa de chatarra asturiana las dos locomotoras y por ello ha querido hacer un llamamiento para evitar una nueva pérdida del patrimonio. «Hace unos años ya advertimos al Museo del Ferrocarril del peligro que corrían estos dos locomotoras y solicitamos que se llevarán allí hasta que fuera posible intervenir en ellas. Entonces, hicieron caso omiso y ahora estamos en este punto», lamentó la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana.
Si nadie lo remedia, con la salida de las dos locomotoras Krupp 601 y 602, el material de motor contenido en los talleres de Villablino quedará reducido a cuatro máquinas, después de que en octubre cuatro locomotoras más.
La CFB explica que las dos Krupp que acaba de adquirir la empresa chatarrera son propiedad del administrador de CMC pero reclama una acción por parte de las administraciones a fin de atajar la pérdida de patrimonio industrial que está sufriendo la antigua línea ferroviaria minera, más con la vista puesta en el desarrollo del Ponfeblino y en lo que todo este material puede suponer para el proyecto. La propia asociación se ha puesto en contacto con la empresa asturiana y apunta a la posibilidad de que «alguien» ofrezca por las locomotoras lo que ésta puede sacar por la venta de chatarra y, quizás así, puedan conservarse.