Diario de León

Colas en la administración siniestrada

El desastre visto como oportunidad

La administración siniestrada por un coche en Ponferrada tuvo que compaginar las tareas de desescombro con la venta a clientes que hicieron cola por hacerse con un décimo de lotería

Clientes haciendo cola a las puertas de la administración. L. DE LA MATA

Clientes haciendo cola a las puertas de la administración. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Unos paneles blancos de madera cubren la oquedad que el Peugeot azul de línea deportiva dejó en la fachada principal de la administración de Loterías número 8 de Ponferrada tras empotrarse contra ella a primera hora del domingo y de su interior no dejaron de salir escombros durante buena parte del día de ayer. Son los retos de un desastre que algunos, quienes buscan la fortuna, han querido convertir en oportunidad. Superstición o no, aun con todo el establecimiento desvalijado y sin opción de acceso por razones obvias de seguridad, hubo quien no quiso dejar pasar la oportunidad de convertir la desdicha en intento de ventura y hasta 126 personas acudieron al despacho de lotería del número 66 de General Vives para hacer alguna apuesta, mayormente para comprar décimos de Navidad. 126 en cuestión de cinco horas y todas registradas.

En principio, la idea de la gerencia del establecimiento era no abrir hasta hoy, para terminar de retirar el escombro y asegurar el local. Eso en principio, porque los clientes no tardaron en empezar a llegar desde que vieron actividad alrededor de las doce del mediodía. Hubo momentos de la mañana y también parte de la tarde en los que se generó una cola frente a lo que era la puerta de acceso y hoy es un agujero de grandes dimensiones custodiado por una vigilante de seguridad privada. Nadie entró en el interior. Todos fueron atendidos en la calle. Pero esto no importó cuando la suerte está en juego. ¿Puede la tragedia llamar a la buena suerte? Habrá que esperar unos días para saberlo.

«No sé si por curiosidad o por búsqueda de suerte, pero sí nos ha asombrado la respuesta de la gente. Hemos estado vendiendo lotería casi al tiempo que sacábamos el escombro. Estamos atendiendo en la calle, eso sí. Hasta que no podamos garantizar la total seguridad de los clientes, no abriremos al público y, en principio, será a lo largo del día de mañana», explicó al propietaria de Suerte Berciana, Carlota Rus. Lo que harán será habilitar un espacio de atención en la zona del local que no se ha visto afectada por el impacto del vehículo, donde está el búnker.

Estamos sacando escombros y la gente viene a comprar lotería. Los tenemos que atender en la calle»
CARLOTA RUS
Propietaria de la Administración

Las obras de reparación no empezarán hasta después de Reyes, porque hacerlo ahora supone tener que paralizar la actividad de la administración en plena temporada fuerte de venta de lotería, a las puertas del sorteo del día 22. «Eso sería un desastre y por eso hemos decidido organizarnos así. Acordonaremos la zona más afectada y crearemos una de atención con todas las garantías de seguridad. También contaremos con un vigilante de seguridad», relató Carlota Rus, que aseguró no tener todavía un balance de daños.

La apertura, hoy
Habilitarán un lugar seguro dentro del local y acordonarán el resto. Hay vigilancia privada

«Es peor de lo que parece», dijo la gerente de la administración de Loterías número 8 de Ponferrada. El daño que se ve hay que repararlo, pero también hay que intervenir en el que no se ve a simple vista. Los cristales, de seguridad, absorbieron el impacto y no se resquebrajaron, pero ello no quiere decir que estén en buenas condiciones. No hay ningún daño estructural, pero sí hay más desperfectos de lo que parece y la obra se prevé de envergadura, porque también hay que resolver el agujero que ahora comunica el local con el portal del edificio residencial de al lado. Dos peritos valoraron ayer los daños, pero Rus asegura que es pronto para conocer la cifra total.

126 clientes es un número nada desdeñable teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra la administración. Es verdad que «un lunes a estas alturas de diciembre ya habrían pasado por aquí 500 o 600 personas» —afirmó la propietaria— pero la respuesta de la clientela y los vecinos ha sido inmediata, por eso se mostró agradecida. «Mucha gente a acudido por querer ayudar», afirmó, confiando en que esa buena voluntad se vea recompensada en el sorteo de Navidad. «Con lo que ha pasado, tiene que tocar aquí», dijo Carlota Rus, sin especificar si se refiere al gordo o se conforma con un buen pellizco.

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