Diario de León

Frío social en la calle, calor político en el pabellón

Apenas 62 manifestantes de tres sectores diferentes protestaron ante Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Diputación y alcalde de Camponaraya, Eduardo Morán. ANA F. BARREDO

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Diputación y alcalde de Camponaraya, Eduardo Morán. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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No hubo calor humano en las calles de Ponferrada para recibir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La población del Bierzo e incluso Ponferrada no se implicó de verdad, a lo grande, para ver a una de las personas que más decisiones puede tomar en España en estos momentos. El líder nacional del PSOE apenas escuchó al bajar del coche oficial unos pitidos improvisados, gritos de «Pinocho, mentiroso», tres o cuatro voces de «fuera, fuera» y un par de «dimisión, dimisión», así como un «¡Vete para Marruecos!» y un «¡Sí, sí; hazte el sueco!». Todo mezclado con otros gritos favorables que intentaban acallar a los críticos, con frases cortas como «adelante, Pedro» y «eres el mejor».

Recluidos a cien metros

Los que sí se manifestaron oficialmente con pancartas fueron recluidos a cien metros de la puerta de entrada al pabellón de Flores del Sil, donde Sánchez daba el mitin. En ese recinto de calle, acotado por vallas y flanqueado por policías nacionales, se juntaron tres tipos de pancartas: Las de los trabajadores auxiliares de Endesa de la desmantelada central térmica de Cubillos; las que reivindicaban mejoras en la sanidad pública y las de la empresa leonesa vinculada a las eólicas, Júpiter Bach. Entre las tres diferentes protestas no reunieron a cien personas. En concreto, se podía contar una a una, hasta llegar a 62.

En una tierra minera como la del Bierzo, en donde cerraron las explotaciones de carbón y sus dos centrales térmicas (una de ellas ya dinamitada), y en donde hasta ahora no se han visto inversiones alternativas, no estaban ayer en la calle ni los ex mineros, ni los de otros sectores laborales afectados, que suelen quejarse y ser reivindicativos.

Fue un domingo agradable de mitin para Pedro Sánchez, sin mayores contratiempos de crítica social en Ponferrada. Fue un acto de apoyo político para un presidente nacional, que dentro del pabellón de deportes sí recibió el calor humano de sus incondicionales, como Luis Tudanca, que aspira a gobernar por el PSOE la Junta de Castilla y León.

Precisamente, antes de entrar al pabellón para el mitin, una representación sindical, entre la que estaba el líder comarcal de UGT, Omar Rodríguez, mantuvo una entrevista informal con Luis Tudanca y el presidente de la Diputación, Eduardo Morán. Los sindicalistas le expusieron la necesidad de abordar el problema de las recolocaciones de los auxiliares que trabajaban para Endesa y Enel en la térmica de Cubillos. En esa reunión se planteó la necesidad de ayudar a unos 60 empleados, a los que ahora se les está acabando la prestación del paro y se escucharon quejas por los tres años que han pasado sin soluciones. Tudanda les prometió reuniones y soluciones para este colectivo.

Y así, con un señor que portaba un maletín en la mano, en el que se guarda la seguridad de uno de los máximos responsables del Estado, y que no dejaba de seguir de cerca cubriendo las espaldas del presidente, todos entraron en el pabellón de deportes a escuchar a Pedro Sánchez. Fuera quedó el frío social de la calle. Dentro, el calor de religión política incondicional.

Al salir, preguntados algunos de los que asistieron a ver y escuchar a Sánchez, hubo dos pareceres bien definidos. Por un lado, los seguidores socialistas, que consideraron importante el apoyo del presidente al Bierzo y por otro, los críticos, que mostraron su decepción ante los apenas anuncios de mejora para esta comarca. Todo se quedó en la reconversión de la Ciuden minera para acercarla ahora al medio rural, a los pueblos.

Ni ‘mu’ de autovía o ferrocarril

Había expectación por escuchar lo que el presidente del Gobierno podría traer bajo el brazo para calmar a un Bierzo que ha dado por muerta la minería del carbón. Por eso, aunque Tundanca le llegó a decir en público al presidente «¡Necesitamos más, Pedro!», Sánchez no dijo ni «mu» de proyectos que se consideran importantes para la comarca, y que llevan décadas siendo reivindicados. No se escuchó nada del proyecto del Corredor Atlántico y el atasco que supone liberar con nuevas obras el embudo del puerto del Manzanal. Tampoco se anunció nada nuevo sobre el paralizado proyecto de construcción de la autovía de Ponferrada a Orense, la A-76. Nada tampoco de proyectos nuevos que vengan a ilusionar a una comarca como alternativa económica a la minería. Sólo habló de potenciar Ciuden, sin concretar nada.

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