Diario de León

Homenaje a Pablo Voces Bello

Gracias al discreto erudito de Barosa

El Ayuntamiento de Ponferrada tuvo recuerdo póstumo para el hombre que dejó su huella en el espacio urbano de la ciudad con la Escuela Taller, en numerosas glorietas y rincones de convivencia

Ponferrada

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No le gustaba figurar. De hecho, no firmaba sus trabajos y prefería —por principio— dejar que las glorias públicas las llevaran otros. Se negaba a aparecer en las fotos, estaba más a gusto en segundo plano, y sin embargo su obra —su huella mundana— hoy está muy visible en múltiples rincones de Ponferrada. Una ciudad que ayer lo bautizó como «un ponferradino de Barosa», sin el artículo ‘la’, el pueblo de Carucedo que lo vio nacer y donde creció feliz. Una ciudad, un municipio que quiso tributarle un sentido y sencillo homenaje, colocando su nombre en una placa que nomina a la actual Escuela Taller Municipal, de la que fue artífice desde 1993 hasta el 2002.

Pablo Voces Bello se iba de ese mundo en agosto del año pasado. Se fue muy joven, a los 62 años, tras pelear contra una enfermedad. Ayer, la representación de la sociedad ponferradina, con el alcalde Olegario Ramón a la cabeza, acudieron a un acto para testimoniar las gracias póstumas y a intentar mantener vivo el recuerdo de un hombre querido en vida por los que lo conocieron, y también tras su partida, rememorando lo que fue y la gran labor y obra desarrollada en Ponferrada y sus pueblos.

Pablo Voces se fue, pero sus diseños y trabajos perviven en motivos de arquitectura pública, como la glorieta de la Pizarra, la glorieta del Donante, las Pimenteras, la del Mundial de Ciclismo, el impresionante y mimético motivo que sustenta la glicinia de la fachada del Museo de la Radio, o la reestructuración del edificio de las Cuadras, el que alberga la Oficina de Turismo, así como tantas otras obras que llevan su diseño y ejecución desde la Escuela Taller y el Imfe.

Por lo general siempre se habla bien de una persona que ha fallecido. En el caso de Pablo Voces, no sólo se habla bien, sino que además se siente de verdad, sin mentira, sin nada que enmascare a la persona buena, bondadosa, sencilla, discreta y erudita, a la que para nada le gustaría verse en los escritos o en homenajes, pero para la que ayer todos coincidían como un acto de justicia social reconocerle su trabajo por Ponferrada. En el sencillo evento, en el que sonó un chelo, además del alcalde, ensalzaron su figura la directora de la Escuela Taller, Soledad González y el deportista José Manuel Trabado. El hermano de Pablo —Jorge— emocionado, tuvo palabras de agradecimiento para todos.

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