El IEB recupera la figura del primer ‘gobernador’ de la provincia del Vierzo

Un hombre en la encrucijada del Antiguo Régimen y el mundo liberal. Un leal funcionario que sirvió a su pueblo a su país y al Bierzo. Abogado de familia hidalga de origen vasco y titular del marquesado gallego de Montesacro y casado con una villafranquina de la familia de los Álvarez de Toledo. Así define el historiador Miguel José ‘Jota’ García González la figura de quien fue el primer ‘gobernador’ —o quizá fuera mejor escribir jefe político— de la efímera provincia del Vierzo (con uve), Juan de Zárate y Murga (1780-1845), protagonista de uno de los artículos de fondo del nuevo número de la revista del Instituto de Estudios Bercianos (IEB).

Presentada ayer en un acto que reunió en el Museo de la Radio de Ponferrada al propio Miguel García, entre otros investigadores, con la presidenta del IEB, Patricia Pérez Bruzos y la concejala de Cultura, Concepción de Vega, el número 44 de la revista de la asociación hace un guiño al Bicentenario de la provincia berciana ya desde el diseño de la portada, un sello ideado por Juan Salví que recuerda la efeméride y quiere aunar el siglo XXI con el XIX, según explicó el propio diseñador. En casi doscientas páginas, la revista incluye 14 textos —uno de ellos en gallego— dedicados a temas tan variados como el castillo de Sarracín, la toponimía heredada de los romanos, el Camino Real de Carlos III, la situación de Fornela en la Guerra de Independencia, o, en un cambio de registro, el modelo de gestión urbana basado en la conservación preventiva o la berza, convertida en «reina de la dieta atlántica». Pero en el año del Bicentenario de la provincia, sobresale el texto que Miguel ‘Jota’ le ha dedicado a Juan de Zárate y que el historiador no quiso incluir en su último libro — El Bierzo provincia. Un relámpago en tiempos oscuro s— para darle más relevancia.

Juan de Zárate «está a caballo entre el antiguo y el nuevo régimen, viene de la hidalguía de Galicia y se convierte en un liberal», explicaba ayer el historiador. Nacido en Orense, Juan de Zárate se había educado en un ambiente ilustrado. Ya era abogado cuando en 1814 se convirtió en uno de los 330 firmantes de un documento en el que los círculos liberales de La Coruña felicitaban a la Regencia por el decreto donde el rey Fernando VII, derrotado Napoleón, acataba la Constitución de Cádiz. Un año después era otro de los apoyos, —«de alguna manera», en palabras del historiador— del pronunciamiento en la propia La Coruña del mariscal de campo liberal Juan Díaz Porlier, descontento con la deriva absolutista del rey.

Cinco meses en Villafranca

Detenido y ahorcado Porlier, cuando en 1821 triunfe la sublevación de Riego que dio paso al Trienio Liberal, a Juan de Zárate se le tendrá en cuenta para hacerse cargo, el 10 de marzo de 1822 de la nueva provincia de Villafranca del Vierzo. como jefe superior político. «Villafranca había sido elegida como centro de la nueva provincia, después de superar la pugna con Ponferrada», cuenta Miguel ‘Jota’ en su artículo. Joven viudo por entonces, sería en Villafanca donde el 14 de agosto de ese año Juan de Zárate contraería matrimonio con la villafranquina Josefa Álvarez de Toledo y Somma. La reacción de los absolutistas hizo que apenas estuviera cinco meses en el cargo y fuera sustituido por el militar de Carlos de Villapadierna. Con la invasión francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis que restauró el absolutismo, el matrimonio Zárate se mudó a la casa familiar de Orense sin que las nuevas autoridades se molestaran en depurar al antiguo jefe político del Vierzo.

Fallecido Fernando VII, Juan de Zárate volvió a desempeñarse como alto funcionario y entre 1834 y 1839 estuvo al frente de la secretaría del Gobierno Civil de La Coruña, y en 1840 de la Jefatura Política de Canarias.

Elegido diputado, renunció al puesto a los pocos meses y regresó a la península. Pero no pudo ocupar su escaño porque el que había sido varias veces ministro Saturnino Calderón, electo por tres provincias, optó por tomar posesión por la de Orense. Juan de Zárate, sin descendencia, murió «de accidente apoplético el 25 de febrero de 1845.