Diario de León

Gemelo virtual

Un ingeniero berciano diseña un avatar digital en la Universidad de Pittsburg

Fernando de la Torre, con orígenes en Trabadelo, prepara aplicaciones de realidad aumentada y virtual y algoritmos de Inteligencia Artificial

Simulador de realidad virtual de SK Telecom en el reciente Mobile World Congress de Barcelona. EF

Simulador de realidad virtual de SK Telecom en el reciente Mobile World Congress de Barcelona. EF

Ponferrada

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Una avatar digital, «que es igual que tú y se comporta como tú», es el sugerente trabajo que está desarrollando en el Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg (Pensilvania, Estados Unidos) el ingeniero de origen berciano Fernando de la Torre Frade. Un «gemelo virtual», según su definición, que copia nuestros movimientos en un momento en que gigantes como Facebook ya desarrollan la tecnología del Metaverso y con el que De la Torre y su equipo quieren mejorar la tecnología de las actuales videoconferencias bidimensionales para transformarla «en una experiencia inmersiva y tridimensional».

«Los usuarios —cuenta por correo electrónico a este periódico desde Pittsburg— se pondrán un casco de realidad virtual y verán a la persona en 3D». Se trata de un desarrollo en el que acaba de comenzar a trabajar en su laboratorio, el Human Sensing Lab; una tarea que compagina con sus investigaciones en el campo de la realidad aumentada con el diseño de gafas de múltiples aplicaciones, y en el de la Inteligencia Artificial, donde pretende elaborar algoritmos que mejoren, entre otras cuestiones, las técnicas de reconocimiento facial sin sesgos, como ocurre ahora con las personas de color.

Abuelo ganadero

«Espero que no veamos nunca vacas con gafas de realidad aumentada para producir más leche»

Con orígenes familiares en Trabadelo, donde ha pasado muchos veranos pastoreando en los prados las vacas de sus abuelos maternos, Fernando de la Torre Frade vendió en 2016 su startup de reconocimiento facial Faciometrics a Facebook y durante cuatro años ha trabajado para la compañía de Marck Zuckerberg en el desarrollo de la tecnología del gemelo digital. A sus 47 años , casado y con dos hijos, continúa sus investigaciones en el Human Sensing Lab de la Carnegie Mellon. A la espera de los primeros resultados, De la Torre sabe que la tecnología que ayuda a desarrollar tendrá mucho impacto en el teletrabajo, pero aún hay obstáculos que superar. «La dificultad es mover tu avatar de manera natural y auténtica a partir de los sensores (cámaras) en el casco».

Fernando de la Torre Frade. DL

Fernando de la Torre Frade. DL

De la Torre estudio Ingeniería Electrónica en la Escuela La Salle de Barcelona, donde se doctoró en el área de procesado de imagen, y 2003 viajó a Estados Unidos para realizar una estancia postdoctoral en el Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon. Allí obtuvo en 2005 la plaza de profesor de investigación que durante algunos años ha compaginado con la gestión de la startup Faciometrics, creada en 2014, y con su trabajo para Facebook.

Inspirado en el trabajo del psicólogo John Gottman, que creó modelos de predicción de divorcios durante décadas de estudio de matrimonios —«en un estudio de parejas recién casadas encontró una correlación del 90 por ciento de aciertos, vaticinando que se divorciarían en seis años», cuenta— De la Torre comenzó a desarrollar algoritmos que codificaran el comportamiento humano, «de manera automática, a partir de sensores» y creó el Human Sensing Lab.

«Durante los años siguientes, desarrollamos tecnologías que podía clasificar estados de depresión a partir del video y el audio, detectar sofocos en mujeres menopáusicas con sensores galvánicos o detectar el temblor en personas con Parkinson a partir de acelerómetros» y a partir de ahí, reconocer patrones de comportamiento. Fue su aportación a la llamada «medicina personalizada», que con dispositivos como Fitbit y sensores como el i-watch monitorizan en tiempo real señales como la respiración, la temperatura, patrones de sueño o el ritmo cardiaco para realizar un electrocardiograma, sin necesidad de pasar por una consulta.

‘Deep fakes’

La realidad virtual es un arma de doble filo. Los avances tienen que ir acompañados de ética»

En el Human Sensing , De la Torre dedicó más de una década a desarrollar una tecnología de reconocimiento facial a partir de la detección y seguimiento de puntos en la cara de una imagen. «Creamos, junto a mi equipo, un nuevo método matemático que permitía que el algoritmo funcionara muy rápido en teléfonos móviles (incluso en Androids viejos). Comercializamos esta tecnología y Facebook adquirió nuestra empresa (Faciometrics) en 2016», rememora.

Fue entonces cuando comenzó su etapa de cuatro años de trabajo para Facebook en California, donde desarrollo efectos para poner máscaras en las caras, comenzó a usar la realidad aumentada para el comercio electrónico —que permitía, por ejemplo probarse pintalabios, zapatos o gafas desde el móvil— y para remover el background de la imagen (el fondo de las videoconferencias). «Estos algoritmos están funcionando en Instagram, Facebook, Messenger, y Portal. Aproximadamente un tercio de la población mundial tiene estos algoritmos en su móvil», afirma.

Su última etapa en Facebook estuvo orientada a la investigación en el área de la realidad virtual. «Mi equipo estaba encargado de desarrollar tu gemelo digital; es decir, un avatar que es igual que tú y se comporta como tú», explica. Y en ese campo, el de diseñar «un avatar digital que es tu copia» es donde continúa ahora sus investigaciones.

De la Torre es consciente de las implicaciones de su trabajo. «En los próximos años la realidad virtual va a revolucionar muchos campos, desde la manera en que hacemos turismo (nos permitirá viajar virtualmente a cualquier sitio), la educación y la medicina (hoy es posible aprender a operar o visualizar diferentes capas del cuerpo humano virtualmente) y el tratamiento de fobias o otras enfermedades como el estrés postraumático».

Pero también sabe que la tecnología puede tener un uso indebido. «La realidad virtual es un arma de doble filo. Por ejemplo, tecnología similar se ha utilizado en la generación de deep fakes’ que es contenido falso en imágenes o texto». Y pone el ejemplo de la compañía OpenAI, que «ha creado algoritmo (GPT-3) que permite generar o completar textos, y es difícil discernir si este texto ha estado generado por un ordenador o un humano». Por eso avisa.«Los avances científicos tienen que ir acompañados de ética, nueva legislación y sobre todo respeto al ser humano. Es importante afianzarse en los valores humanos, sociales y medioambientales para no retroceder como civilización en lo esencial ni renunciar al derecho de la privacidad».

Y es ahí, donde remata sus argumentaciones por teléfono, él que de joven —lo contaba en 2016—ayudaba muchos veranos a sus abuelos Rogelio Frade y Rosario Bello con las vacas y los prados en Trabadelo. «Espero que nunca veamos a unas vacas con gafas de realidad virtual para producir más leche», dice medio en broma. Y medio en serio.

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