Diario de León

Medio ambiente

Investigadores de la ULE en el Bierzo acorralan una plaga que agosta choperas

Afecta a un clon poco extendido pero se ha notado incidencia en otros plantados en la provincia

Investigadores del Campus de Ponferrada en una de las choperas objeto de estudio. EIAF

Investigadores del Campus de Ponferrada en una de las choperas objeto de estudio. EIAF

Ponferrada

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El grupo de investigadores del grado de Ingeniería Forestal y del Medio Natural del Campus de Ponferrada de la Universidad de León (ULE) que lleva meses involucrado en varios proyectos de I+D+i dirigidos a mejorar la gestión y la sostenibilidad de las choperas para incrementar su rendimiento económico ha dado un paso más en el control de plagas, concretamente de un insecto escolítido, el Trypophloeus spp, que horada la madera de los árboles y puede llegar a provocar su muerte. Afecta fundamentalmente a un tipo de chopo de poca implantación en León (USA 184/411), pero este año se ha notado una alta incidencia y se han detectado, tanto en el Bierzo como en la zona del Esla, ataques puntuales a otros clones que sí tienen una presencia importante: Raspalje, Unal y Beaupré. El proyecto, pionero en España, permitirá desarrollar un sistema de trampeo para controlar la población de este insecto en caso de que llegue a constituir una amenaza real y sienta las bases también de la intervención con otro tipo de plagas.

«El objetivo de este trabajo es conocer cómo se comporta esta plaga, ver hasta dónde llega el daño y tener herramientas para controlarla y que no cause un perjuicio económico y ambiental importante», explicó la subdirectora de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (Eiaf) del Campus, Flor Álvarez Taboada. Comenzó a finales de mayo y cuenta con la colaboración de investigadores del Campus de Linares de la Universidad de Jaén y el apoyo de las empresas Bosques y Ríos y Econex. La primera es la propietaria de las tres parcelas de chopos en las que se están haciendo los estudios. La segunda ha fabricado la trampas.

El proyecto

Se han colocado trampas para ver cómo se comporta el insecto y ya hay resultados para su control

«El investigador de la Universidad de Jaén Antonio Ortiz, especialista en las relaciones entre la química y los insectos, se ha encargado de sintetizar los dos atrayentes que estamos utilizando en este trabajo», apuntó Álvarez Taboada. Esos atrayentes son una mezcla de etanol y cairomonas (compuestos químicos que emiten los árboles de manera natural) de hoja o de madera del chopo USA 184/411 que se colocan en la trampas. «Así hemos podido comprobar que lo que atrae al Trypophloeus es la madera, por lo que si nosotros queremos tener una herramienta para su control podremos hacerlo a partir de la colocación de trampas con cairomona de madera que atraerán y capturarán al insecto para no que no ataque a los otros árboles», explicó la profesora del Campus de Ponferrada.

Además de haber determinado que es la madera del árbol la que atrae al insecto y no las hojas, el grupo de investigadores también ha demostrado que la temperatura influye en el volumen de población. Por eso este año, que ha sido muy cálido, se ha notado una incidencia mayor. De igual forma, se ha constatado que a mayor masa de árboles susceptibles de ataque mayor es la incidencia. «Por eso siempre es muy importante que las plantaciones sean lo más variadas posible para que las plagas o enfermedades se extiendan menos», subrayó la subdirectora de la Eiaf, que también apuntó a otra cuestión «interesante»: «Hemos comprobado que aunque las parcelas están separadas 50 o 60 kilómetros, cuando tenemos un número de capturas elevado en una parcela, después sucede lo mismo en las otras. Es decir, vamos a poder caracterizar el ciclo vital del Trypophloeus ».

Mayor afección

Este año se ha notado una incidencia mayor y ataques puntuales a clones de Raspalje, Unal y Beaupré

Las tres parcelas seleccionadas para el proyecto, que forma parte del trabajo de fin de grado de una alumna que presentará los resultados definitivos en diciembre, están ubicadas en tres puntos diferentes de la provincia. En ellas se han instalado 18 trampas de varios modelos, colocadas en dos clones de chopos: el que está demostrado que atrae a la plaga y uno (I-214) en el que jamás se han detectado ataques. «Desde mayo hasta ahora, ya hemos capturado casi 2.000 individuos y los hemos visto en todos los casos, con independencia de en qué clon tengamos colocada la trampa. Esto demuestra que las cairomonas funcionan», afirmó Flor Álvarez Taboada.

La investigadora de la ULE recordó que el fin último de este y otros trabajos que se están desarrollando en torno a la populicultura es ofrecer a los gestores de las choperas herramientas y métodos de control de plagas y enfermedades que «sean sostenibles y de residuo cero, que nos ayuden a tener una populicultura sana, una producción de madera sostenida y todos los servicios ecosistémicos que nos proporcionan las choperas, como fijación de carbono y laminación de avenidas. Y, además, que si los propietarios de choperas ven que esta plaga empieza a afectar a alguna de sus plantaciones, tengan con que combatirlos».

«En la producción de madera es fundamental que no se utilicen insecticidas. Hoy en día, toda la legislación tiende al residuo cero y, en el caso de la producción de madera, cada vez hay menos tratamientos con químicos que se puedan hacer en el caso plagas y enfermedades», destacó.

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