Diario de León

Jóvenes vaqueros vuelven a colonizar las fértiles praderas de los valles de Balboa y Valcarce

David González, con 17 años, ayuda a su hermano de 19 a mover 80 vacas por los pastizales  Tania González, con 30 años, empezó en noviembre como ganadera y hoy está al frente de 20 cabezas de vacuno

Ponferrada

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Es una realidad incuestionable: Existe la España de los pueblos vaciados —por no disponer de alternativas sanitarias, educativas, laborales o de ocio—; pero también existe la España de una nueva generación de jóvenes que están hartos de ver su futuro ligado al asfalto, al cemento y al humo de las ciudades. Son los que ‘lo urbanita’ les dice más bien poco.

En el Bierzo existe una clara corriente de hombres y mujeres adolescentes, (y entrados en la veintena, treintena o cuarentena de la vida), que conocen el ajetreo de la ciudad por sus años de estudiantes y ahora —ya formados— optan por dar un giro a su presente apostando por un trabajo de campo, de naturaleza, que les permita obtener ingresos y vivir de la mejor forma posible que pueden.

Hace décadas que en el valle de Balboa y Valcarce (en el Bierzo oeste) su fuerte sector ganadero emprendía una línea de decadencia. La ganadería perdía fuelle por las circunstancias de todos conocidas. Los ganaderos se jubilaban y sus descendientes preferían otras dedicaciones; en parte debido a que así fueron enfocados hacia los estudios.

Ternera de calidad
Tania Núñez se muestra orgullosa de cuidar unas vacas especiales y cotizadas de raza cachena

Hoy, la situación está cambiando. Esos jóvenes han comprobado que se pueden formar y a la vez vivir bien, con menos ajetreo en pueblos de municipios como Balboa, dedicándose por ejemplo a criar vacas en los fértiles pastos de sus valles.

Tania Núñez y David González son dos de esos jóvenes que ilustran a la perfección la apuesta por la ganadería, por encauzar su presente y posiblemente su futuro hacia algo que básicamente les hace felices. Ellos son dos nuevos vaqueros de la docena de ganaderos del valle de Balboa que, como nueva generación, están dando vida y valor añadido a las fértiles praderas y montes de la zona.

En la actualidad, en el valle de Balboa y zona aledaña pastan ya más de mil vacas. El sonido de los cencerros ha regresado a esta tierra como melodía amable ancestral. Su eco se escucha de fondo por los rincones. Brota la primavera y es evidente que se respira optimismo. Todo en medio de una amplia paleta de verde natural imposible de pintar.

Vivaracho y feliz

David González es el ganadero más joven de todo el valle de Balboa que encontró este periódico. Hoy ayudante, a punto de cumplir 17 años lo tiene claro: Con su mayoría de edad, en la primavera de 2024 se sumará como titular al trabajo con su hermano (de 19 años). Todo para, entre los dos, ponerse también al frente de 80 cabezas de vacuno destinado a carne.

A David, como ayudante, le brillan los ojos de felicidad hablando de sus vacas: «Hasta ahora ha sido bastante complicado, pero empieza a irnos bien. Los comienzos son difíciles», dice con aplomo profesional.

«Lo más difícil en esto es conseguir dinero para empezar. Hasta ahora ha sido complicado, pero empieza a irnos bien»
DAVID GONZÁLEZ
GANADERO

Ágil vivaracho, con 17 años David sabe que lo más difícil en esto es conseguir el dinero para empezar: «Lo más difícil es acceder a las ayudas que tienes y cómo conseguir dinero para empezar. Ahora está todo caro, animales, maquinaria, comida que hay que darle, y es muy difícil empezar de cero». Su padre es de Villafeile y les ha ayudado. Han comprado ganado a otros que lo dejaban y así están empezando con un tractor viejo, que ya empieza a pedir también recambio generacional. Todo se andará.

El periodista le pregunta de qué manera le pueden ayudar y su respuesta es clarividente: «¡Pues no lo sé, al final siempre es uno el que tiene que esforzarse y salir adelante! Nosotros, gracias a mi padre; si no, sería más difícil arrancar», exclama.

De Villamarín y Castañeiras

Tania Núñez acaba de cumplir los 30 años. Estudió Animación Sociocultural y Estética. Su vida está en el valle de Balboa. Dice que es de dos pueblos, de Villarmarín y Castañeiras. En noviembre del año pasado comenzó oficialmente a ser ganadera. Hoy tiene 20 vacas y la influencia vaquera le llega de su tío y abuelos.

«Siempre me gustó la ganadería y ahora que ellos se jubilaban y dejaban todo, yo me pongo al frente. Estoy muy contenta, me va muy bien», comenta. Tania confiesa que la formación de estudios recibida no le llenaba.

Ayuda, tesón y esfuerzo
David González dice que la ayuda es necesaria, pero al final es uno el que tiene que esforzarse y salir adelante

Como muchos jóvenes, dio algún bandazo laboral buscándose la vida. Trabajó en un almacén, pero tampoco veía futuro. Fue lo que siempre vio de cerca donde encontró la solución: De entrada, hacerse ganadera y ponerse al frente de 20 vacas.

«La ganadería me ha cambiado la vida cien por cien y mi calidad de vida es un doscientos por cien mucho mejor», pronuncia con rotunda convicción Tania al periodista, sentados junto a la Palloza y el bar O Subiao , con la presencia del alcalde de Balboa, Juanjo López y el histórico ex regidor, José Manuel Gutiérrez Monteserín, ahora jubilado. Los ojos del regidor y del ex alcalde se engrandecen al escucharla halar de presente y de futuro. «Yo veo aquí futuro. No todo es estudiar una carrera y vivir en una gran ciudad. Sin el mundo rural y en lo que nosotros ahora trabajamos no se viviría», añade Tania.

Libre y dueña de su tiempo

Esta mujer emprendedora resalta al ser preguntada que lo que más valora con su nueva dedicación es ser la dueña de su tiempo. «Mi vida me la organizo. Dependo lógicamente de las vacas, 24 horas los 7 días de la semana; pero es una vida totalmente distinta. Yo respiro aire puro. No es todo cumplir un horario y todo marcado previamente. Antes, mi vida era trabajo-casa, casa-trabajo y se acabó. Ahora estoy en la naturaleza, respiro», explica.

«La ganadería me ha cambiado la vida el 100% y mi calidad de vida es en la actualidad un 200% mucho mejor»
TANIA NÚÑEZ
GANADERA

Tania vive con su pareja, que tiene otro empleo. Ella lo ve claro, su objetivo es seguir creciendo y llegar a producir en extensivo. «Ahora, al empezar vamos poco a poco, porque las ayudas no son grandes. Yo de momento no estoy notando esa ayuda al medio rural. A día de hoy es todo gracias a la ayuda de mis padres y mi pareja», explica. Es sabido que ser joven y acceder a crédito bancario sin aval es tarea difícil. Pero Tania es luchadora y resalta que los vecinos colaboran y aplauden su iniciativa. Animan.

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