De los montes de Matalavilla a las minas del Bierzo Alto

El hombre que fuma un cigarro en la parte izquierda de la fotografía que sirve de cabecera gráfica a este reportaje fue todo un personaje en Santa Marina de Torre. Le llamaban el tío Josepín (José Silván) y en los años veinte se fue a trabajar a la cuenca de Fabero-Sil antes de regresar a Santa Marina para picar carbón y casarse con la que fue matrona del pueblo, la tía Jesusa. La imagen de un grupo de mineros que posan con sus candiles, sus cachavas, sus boinas negras en la cabeza, cuarteada por el paso del tiempo, es uno de los testimonios fotográficos sobre los orígenes del carbón que guarda la asociación Carqueixa. La tomó en un monte de Matalavilla un fotógrafo por identificar y la pose de Josepín, cigarro humeante en los labios, es tan llamativa como la del ‘guaje’ que mira de pie a la cámara en la otra punta de la imagen. Los rostros duros, cansados y en algún caso desafiantes de aquel puñado de cuarenta mineros son un verdadero retrato psicológico del mundo del carbón en los albores de la nueva industria, recién construido el tren entre Ponferrada y Villablino para trasladar el mineral a la térmica.