Pendiente de decidir la fórmula para gestionar las futuras visitas
El Ayuntamiento de Vega de Valcarce todavía debe decidir qué fórmula emplea para gestionar la llegada de visitantes al Castillo a partir del próximo verano. Un municipio con pocos recursos como el de Vega deberá encontrar apoyos para mantener un mínimo personal que abra y cierre la fortaleza y permanezca en el castillo durante el horario de visitas. Del mismo modo, aún está pendiente de decidir si habrá que pagar alguna cantidad para visitar el castillo —como ocurre con el de Cornatel o el de Ponferrada— la entrada será gratuita.
La apertura del castillo en 2023 cerrará una década de obras que han salvado de la ruina el monumento levantado como fortaleza militar en el siglo X y que alcanzó su mayor explendor un siglo después.
En esta última década comenzaron a llegar los primeros fondos del área de Patrimonio de la Junta de Castilla y León a una fortaleza de titularidad municipal que apenas se había beneficiado de las actuaciones de voluntarios de la asociación Promonumenta en distintas hacenderas para eliminar al menos la maleza de los muros.
La colaboración desinteresada del arquitecto Fidel Ramos permitió que el Ayuntamiento, donde la alcaldesa María Luis González Santín no se cansó de alertar del riesgo de desplome, tuviera un proyecto técnico para guiar la restauración que ahora está a punto de culminar.
El Bierzo verá así como en el plazo de 25 años sus principales fortalezas salen de la ruina. Primero Ponferrada, luego Cornatel, y finalmente Balboa y Sarracín en Vega de Valcarce.