La reina de todos los que necesitan ayuda para comer

Cuatro veces ha estado la reina Sofía en el Bierzo. La cuarta fue ayer y no vino como reina (ahora emérita), sino como presidenta de la fundación que lleva su nombre, una organización sin ánimo de lucro que se ha convertido en la principal benefactora de los bancos de alimentos de España. Y en Ponferrada quiso conocer de primera mano la labor que realiza el Banco de Alimentos del Sil (BAS). Llegó dispuesta a escuchar y se fue con un compromiso, el de gestionar la compra de una furgoneta con plataforma que los voluntarios del BAS necesitan para el transporte de los alimentos. Ahora la tienen que alquilar.

Cercana, relajada y nada protocolaria. Así se bajó del coche oficial la reina emérita para sentarse después a la mesa con las direcciones del Banco de Alimentos del Sil y de la Federación de Bancos de Alimentos de España, así como autoridades de la Subdelegación del Gobierno, la Diputación de León, el Consejo Comarcal del Bierzo y el Ayuntamiento de Ponferrada. La reunión se alargó más de lo previsto y a la reina se la vio distendida y muy interesada en la situación actual de la oenegé, aseguró su secretaria, Esther Reyes.

En el breve recorrido entre la puerta del coche y la puerta de entrada a las instalaciones del BAS, en lo bajos del Toralín, doña Sofía levantó la mano en clave real para saludar a cerca de un centenar de personas que se habían agolpado para verla. Con vítores, aplausos y piropos la recibieron y ella respondió con una sonrisa y un toque de cabeza.

Alrededor de una hora estuvieron las partes reunidas y fue ahí donde la emérita comprometió la ayuda de la Fundación Reina Sofía para la compra de la furgoneta. También ofreció un refuerzo de la dotación de alimentos específicos para las personas mayores con problemas de deglución. Una línea poco habitual en los almacenes de los bancos de alimentos que el del Sil sí tiene. Y no fue la reina la única en brindar ayuda. El presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, mostró la disposición de la institución a sufragar la compra de las tan necesarias leche y aceite, que son productos «de los que no siempre disponemos», dijo Morán.

Levantada la mesa, la reina y el resto de departientes se dirigieron al almacén en el que el BAS acumula, ahora mismo, más de 70.000 kilos de alimentos. Allí les esperaba una representación de las empresas bercianas que colaboran asiduamente con el Banco de Alimentos y también de las asociaciones que se benefician de sus servicios. De la primera parte estaban representadas Tvitec, Cementos Cosmos, la Sociedad Deportiva Ponferradina, Pharmadus, Ibsa, Aceros Roldán, Embutidos Pajariel, Bodegas Gancedo, Caixa Bank y Farmacia El Bierzo. Del tejido asociativo, Cruz Roja, Proyecto Hombre, Ambi, Alzheimer Bierzo y la Iglesia Evangelista Salem.

Con todos se detuvo la reina emérita y por todos se interesó antes de pasar a las protocolarias fotos familiares en las que no faltaron los chalecos amarillos de los voluntarios que hacen posible que el Banco de Alimentos del Sil funcione. Y necesita funcionar en vista de los datos. Desde junio, el número de usuarios se ha incrementado en alrededor de 200. Ya son más de 4.800 personas y más de 1.400 familia. La inflación es la que marca el ritmo y ni la visita real frenó ayer cuatro nuevas solicitudes.