Taco y Azken: perros de venteo entrenados para salvar vidas

Lo que Taco y Azken afrontan como un juego es, en realidad, una proeza, porque cuando olfatean minuciosamente el aire en busca de su recompensa lo que realmente están haciendo es salvar una vida o, en su defecto, ayudar a poner fin a la búsqueda desesperada de una persona ya fallecida. Taco y Azken no son dos perros cualquiera. Son perros de venteo entrenados para buscar a personas desaparecidas en grandes áreas o estructuras colapsadas (derrumbamientos) que forman parte de la unidad canina de la Asociación Nacional de Protección y Emergencias (Protemer), con base en el Bierzo. Los únicos en León, Lugo y Orense que conforman una unidad específica dedicada a su labor y sirven de apoyo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado cuando requieren de una rápida intervención en la zona.

Azken es el veterano. Un pastor belga malinois de ocho años que llegó de Euskadi junto a su guía, Javier Rodríguez, y se unieron a la unidad canina de Protemer desde sus inicios hace seis años. Es un perro de carácter fuerte y dominante, justamente lo contrario que Taco, un border collie joven, dócil y sociable que lleva un año formándose como perro de venteo junto a su dueña, Marta Rodríguez. Ambos acaban de ser condecorados por la Policía Municipal de Ponferrada porque en diciembre localizaron con vida a un hombre de 74 años que había desaparecido. Ese reconocimiento ha servido para poner en valor su función y el trabajo general de Protemer, que no cuenta solo con una unidad canina, sino que también interviene en situaciones de emergencia sanitaria, especialmente en el medio rural, y realiza una labor social, principalmente de visita y ayuda a personas mayores que residen en pueblos. Todo de forma altruista. Son voluntarios sin apoyo institucional que se valen de medios propios y compaginan esta labor con sus trabajos diarios.

Taco y Azken son dos héroes, pero ellos no lo saben. Entrenan a diario para ganar habilidades de conducta, obediencia y orientación; y dos días por semana (miércoles y sábado) reciben una preparación específica sobre el terreno en las inmediaciones del Centro de Interpretación de la Vid y el Vino (CIVI) de Camponaraya. «Les enseñamos a ventear, a localizar el olor de la persona en el aire y a que cuando la encuentren ladren», explicó Javier Rodríguez, que es el responsable de la unidad canina. La herramienta que utilizan es un mordedor. Es lo que los perros buscan. Esa es su recompensa. Y buscando el mordedor, localizan a la persona.

Así se forman para luego pasar a la acción, como hicieron con el hombre de 74 desaparecido en Ponferrada y la octogenaria vecina de Camponayara que desapareció en junio y cuyo cadáver fue localizado en una acequia de riego en Dehesas. También intervinieron en julio en las labores de búsqueda de un hombre mayor en La Baña y, tiempo atrás, en el dispositivo de localización de un vecino de San Clodio (Orense) que apareció muerto en el río enVilachá, entre otros.

Protemer necesita más perros de venteo y confía en que la visibilidad que les ha dado el reconocimiento de la Policía Local anime a otros guías a unirse a la asociación. «No se aprovecha lo suficiente nuestro servicio. Podríamos hacer mucho más. Lo que un grupo amplio de personas tarda en batir quince o veinte minutos, un perro lo hace en cinco y con mucha más efectividad», apuntó Javier Rodríguez. Mientras tanto, Taco y Azken seguirán jugando para salvar vidas.