«En toda La Rosaleda hay 2.000 plazas de aparcamiento libres»
La implantación de la zona azul en cuatro calles del entorno del centro comercial El Rosal sigue dando de que hablar y el propio alcalde volvió a referirse a ello ayer para defender el proyecto. «En toda La Rosaleda hay 2.000 plazas de aparcamiento libres y son sólo 174 o, incluso menos, las que se van a incluir en la zona ORA», incidió Olegario Ramón, haciendo hincapié en ese «incluso menos», ya que el Ayuntamiento estudia la posibilidad de reducir el número en el entorno del único portal de un edificio residencial al que afecta la implantación del estacionamiento de pago.
«En toda la zona de vecinos hay un solo portal, el resto es zona comercial. Por lo tanto, entendemos que no hay ningún perjuicio evidente para los residentes», afirmó el primer edil, dejando claro que el propósito no es el de beneficiar al comercial del centro de la ciudad con la creación de 600 plazas de zona naranja y perjudicar al centro comercial. «Es un enfoque muy equivocado», aseveró.
Él mismo participará esta mañana en la reunión prevista con la Asociación de Vecinos de La Rosaleda con la intención de «reconducir la situación», ya que «dar marcha atrás supondría decir no a 600 plazas de zona naranja en la ciudad» y eso no se contempla.
«Estamos hablando de pasar de caminar quince segundos a caminar un minuto y medio» si el destino es el centro comercial, insistió el alcalde.
Izquierda unida, en contra
Mientras tanto, continúan surgiendo posturas contrarias a la ampliación de la zona azul a La Rosaleda. El último en mostrar su rechazo ha sido el coordinador local de Izquierda Unida en Ponferrada, Javier Arias, que sugiere el modelo que se está empleando en Mieres (Asturias).
Arias considera que «la propuesta de ampliación es errónea en todos los sentidos» y que «si lo se que pretende es incentivar el comercio, el PSOE debe favorecer la creación de empleo, no el cobro de más tasas». Para el líder de IU en Ponferrada, si lo que de verdad se quiere es regular el aparcamiento, se «debe adoptar el modelo de Mieres, donde los parquímetros devuelven el dinero». Con ello —dijo— «se evita la piratería legal de empresas privadas en un espacio por el que ya se pagan impuestos y a la par se regula el estacionamiento».