Diario de León

La ULE sitúa al Bierzo en la zona roja de los incendios, el 96% intencionados

La mayoría están relacionados con la actividad agrícola y un 30% son negligencias.

Leonor Calvo analizó en el Teatro Villafranquino los efectos de los incendios forestales.

Leonor Calvo analizó en el Teatro Villafranquino los efectos de los incendios forestales.

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m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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En el curso de verano sobre patrimonio natural y cultural organizado por las universidades de León y Vigo en Villafranca del Bierzo se habló ayer de incendios, entendidos como una seria amenaza al patrimonio ecológico berciano, en una comarca que está en la zona roja de los incendios forestales y donde la principal causa parece encontrarse en la actividad agrícola y ganadera. Fue la profesora de Ecología de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León Leonor Calvo Galván, la encargada de desmenuzar las pautas generales del número de incendios y de la superficie que se está quemando en una conferencias ofrecida a las 12.00 horas del mediodía en el Teatro Villafranquino. Allí aseguró que, en la zona noroeste de España —en la que se enmarca la comarca berciana— la mano del hombre está detrás de, prácticamente, el 96% de los incendios forestales registrados —bien sea de manera intencionada o por una negligencia— y que menos de un cuatro por ciento de los fuegos son naturales, relacionados con tormentas.

Habiendo constatado que la acción humana en la principal amenaza, es preciso preguntarse el porqué. En esta zona, las causas mayoritarias están relacionadas directamente con intereses agrícolas o ganaderos. En contra de lo que pudiera parecer, sólo un cinco por dentro de los fuegos intencionados se originan por el placer de quemar, es decir, por causas asociadas a los pirómanos. «De entre los intencionados, de un 40% no se sabe cuál es la intención, pero de los que sí se sabe, la mayor parte están relacionados con la actividad agrícola y ganadera, es decir, la quema de pastos o matorrales para producir pasto. Esto se ha intentando corregir haciendo quemas prescritas por la Junta de Castilla y León, pero la cuestión es que no todo el mundo solicita los permisos necesarios para hacer eso», explicó la profesora Leonor Calvo.

Ella misma apuntó también que la variación en la percepción del paisaje puede ser una causa importante. Es decir, los vecinos de una zona prenden el monte para limpiar una superficie concreta que siempre ha estado cuidada pero que, tras el abandono del sector primario, está plagada de maleza y matorral. Otra causa repetida pero más común de la zona del Levante que del Noroeste español, es el cambio del uso del suelo. Algo que, ante el parón del sector inmobiliario, se ha detenido pero que —apuntó Leonor Calvo— podría volver a incrementarse de repuntar el sector. «Se quemaba una zona forestal y con el paso del tiempo se cambiaba el uso del suelo para poder construir», detalló esta profesora de Ecología de la ULE.

En lo que a las negligencias se refiere, es decir, fuegos provocados por el hombre pero no de forma intencionada, su porcentaje es lo suficientemente elevado como para ser preocupante. «Estamos hablando de, aproximadamente, un 30%», afirmó Calvo, aprovechando para pedir prudencia y precaución a la sociedad, especialmente en una semana como la actual, con temperaturas muy elevadas. «Tenemos una semana conflictiva y, presumiblemente, la que viene va a ser igual de mala, con temperaturas tan altas que por la noche no bajan», pronosticó.

Por lo tanto, el Bierzo es una de las zonas más conflictivas de la provincia de León, enmarcada de la zona roja que Leonor Calvo sitúa en la franja de la provincia que limita con Galicia y Portugal. Es aquí donde se registra un número mayor de fuegos, principalmente en superficies de titularidad privada. Por eso quizás sería bueno seguir el ejemplo de algunas zonas de Galicia, donde los particulares se han asociado para pedir subvenciones a la Xunta «para mantener el estrato del sotobosque limpio», dijo Calvo.

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