Diario de León
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León

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Había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió… en un gato. Pero entonces, empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago, lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador. Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón”. Así podríamos aplicar el cuento a la situación actual de nuestra sociedad, los miedos invaden nuestros corazones y mente, se apropian de nuestra voluntad y nos hacen temerosos de cada situación que les ocurre a los demás. Siempre pensamos que pudiera ocurrirnos también a nosotros, lo cual es un sin vivir en un mundo que donde todas las personas son diferentes y donde concurren irremediablemente enfermedades, desgracias, delitos e injusticias a diario. Lo único que si tendremos en común todos los seres vivientes es que nos moriremos. Pero incluso a la muerte no la debemos temer “Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte, los valientes gustan de la muerte una única vez.” (W. Shakespeare) “La muerte es producto de nuestra imaginación, una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo” (Epicuro) A nuestros hijos e hijas les educamos en la comodidad más absoluta, les dimos todo y regalado, nada se lo tenían que ganar por ellos mismos cómo nos sucedió a nosotros con nuestros padres ¿duros? ¡No! Nos educaron a saber levantarnos una y otra vez cuando nos cayéramos, ahora se quedan en suelo pidiendo ayuda por todo. Todo se les hace imposible. Son tan inútiles cómo egoístas, son nuestra pésima cosecha. Hay una carta circulando por las redes que suscribo en su esencia de un pensionista expresando su desencanto con esta sociedad y los políticos actuales que van cediendo y perdiendo todos los derechos que ellos (los papas) les entregaron. Les recuerda que todo cuanto tienen se los deben a ellos y que sería triste que ellos tuvieran que coger las riendas de la sociedad después de viejos porque sus hijos son tan innecesarios cómo la educación que les dimos. Su cobardía, sus temores, son nuestro fracaso como educadores. Ahora nos vienen los colectivos de animalistas, ecologistas y feministas a defender sus postulados cómo si el mundo que recibieron fuera fruto de la casualidad. Todo lo que ven a su alrededor, la democracia, la educación y sanidad pública, los derechos de la mujer, el sistema de pensiones y nuestro estado de bienestar se les fue entregado con mucho sudor, lucha y esfuerzo, nada salió gratis y de casualidad. Ahora lo están tirando todo por la borda, necesitan cuotas, cremalleras y enchufes para todo, nada sale de su propia capacidad e imaginación. ¿Cómo pagan a sus mayores imberbes? - Déjanoslos solos defendiendo las pensiones, cómo si ustedes fueran a ser jóvenes para siempre. Ustedes no pueden ser tan egoístas e inútiles, luchen por su futuro ¡caray! Nada les regalarán como hicieron sus papás erróneamente. Una sociedad que abandona a sus viejos, es una sociedad podrida, ya que, necesariamente todos estarán en esta situación antes que se den cuenta. La vida es un soplo. El retroceso en derechos y libertades será el pago que sufrirán por no luchar por ellos. Quizás por nuestra culpa, los educamos cómo ratones acobardados y ahora nos damos cuenta tarde mal y nunca que jamás llegarán a leones para saber defender y fraguar su propio destino.

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