Patinete eléctrico y sus derivados

Con estos trastos inútiles e innecesarios a todas luces, pasa como con todo lo regulan y gestionan los partidos populistas de lo verde, animal o ecológico. Lo curioso es que tienen aceptación estos partidos entre parte del electorado dándoles la llave en ayuntamientos y comunidades, y, cómo no tienen proyectos de altura para mejorar la vida de los ciudadanos suelen conseguir propuestas en cuanto a protecciones sobre el medio ambiente, ecologismo, animalismo, feminismo retrogrado y ahora en el apartado de moverse en las ciudades con medios que llaman no contaminantes, siempre pensando en ellos, los jóvenes, ya que estos artilugios no los pueden usar las personas mayores y les perjudican en su día a día por las aceras. Ya sabemos y comprobamos los resultados de todo ese animalismo sin control de lobos, jabalíes y demás bichos salvajes que ya invaden hasta las ciudades. También ese ecologismo de repente, donde todo tiene que ser verde, limpio y claro sin importarles el empleo perdido y el daño a zonas enteras. Quieren aplicar un feminismo cargado de intelecto inclusivo que intentan modelar nuestra lengua con absurdas toponimias feministas con una ingenuidad tremenda pensando que, cambiando y complicando el leguaje se cambia la sociedad. Lo que habrá que cambiar, es la sociedad, no nuestra manera de entendernos. Claro que existe parte del lenguaje un tanto sexista, al usar el masculino genérico para referirnos a ambos sexos, pero ese no es el problema de la mujer, lo es su capacidad para hacerse valer y respetar sin miedos, complejos y prejuicios hacia sí misma. Tampoco el leguaje convierte a los hombres en violadores, cómo no todos los hombres deben consentir ser considerados por el mero de hecho de serlo, un peligro para las mujeres, cómo así hacen ver estas populistas de Podemos que ya no se esconden, piden el voto feminista usando a la mujer cómo reclamo electoral. Cierran empresas, familias perjudicadas por las ocurrencias de estos partidos populistas, dividen la sociedad en géneros irreconciliables y ahora convierten las ciudades en un caos con los patinetes, bicicletas y derivados que sin estudio y planificación alguna se pusieron a quitar espacio a los coches y dárselo a carriles de bicicletas, triciclos, patinetes y una serie de ruedas absurdas sin seguridad alguna colocadas debajo de los pies de los parrulos que pueden desarrollar velocidades superiores a 20 Km. Todo se entremezcla en un laberinto por las calles sin que nadie respete su espacio (es que se puede respetar al no existir una regulación posible) los carriles de estos trastos inútiles están entre las aceras para peatones, los carriles y las paradas de los buses del trasporte público, los contenedores de la basura, las terrazas de los restaurantes y cafeterías, los aparcamientos de coches, carga y descarga de trabajadores que se les complica todo, más las vías de circulación de vehículos de cuatro ruedas. Cómo ven un galimatías imposible de regular y coordinar, ya nadie está seguro, los peatones tienen que convivir con patinetes, bicicletas, scooter, monociclos y carros de reparto entre ellos, incluso estos patinetes los dejan tirados por las aceras impidiendo el paso, ya no digo a inválidos o invidentes, luego estos trastos inútiles al ver el caos por su carril se introducen en las vías de coches lo cual el peligro está servido en bandeja fina de Podemistas que no tienen otra cosa que hacer que complicarnos la vida a todos. Con la proliferación de estos monociclos, Scooter, patinetes y bicicletas eléctricos, están convirtiendo las ciudades en un lugar solo para jóvenes y un desbarajuste circulatorio imposible de regular. Es que, además los que debieran poder usarlos, los discapacitados y mayores no son apropiados para ellos, son máquinas imperfectas en equilibrio y seguridad. Este juguete debiera estar prohibido, convertirá a los jóvenes en vagos de solemnidad, tienen unas piernas potentes para pedalear, caminar y correr. Que hablando de salud, mucho más saludable.