Diario de León

El baile del ahorcado

Ester y ya

León

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Lo malo de que un partido que siempre ha tenido puestos para todos amague con pasar al cul de sac de la representatividad política es que habrá muchos que ya barrunten la posibilidad de regresar a la vida real. Pasar de tres a dos y de dos a uno no tiene que resultar sencillo, así que en el PP los codazos en busca de foco ya han comenzado. Hace pocos días tuvimos la actuación estelar de Luis Aznar a costa del consorte de Susana Díaz. Antes, Eduardo Fernández quiso demostrar que él no tenía nada que ver con los párvulos universitarios de su partido y se fotografió con su tesis doctoral. Versa acerca de la educación diplomática de los príncipes españoles, que es tanto como decirles a sus colegas de bancada que les lleva cinco siglos de ventaja.

La última en unirse al carrusel de la notoriedad ha sido la senadora Ester Muñoz, la leonesa que sacó de sus casillas a la ministra de Justicia a propósito del episodio del burdel de Villarejo. Lo hizo tan bien que se convirtió en una ‘yonqui’ del minuto de Warhol y el martes se pasó de frenada. La vanidad siempre te deja en evidencia. Se vive mejor en la sombra porque los despropósitos no se ven tanto. No hay más que ver a Núñez Pérez, que estuvo media centuria en el Congreso sin que nadie fuera consciente.

Decir que el Gobierno destina quince millones de euros a desenterrar huesos y ponerlo en relación al presupuesto para Justicia no es muy inteligente. Sobre todo porque el PP ha mandado durante quince años en el BOE sin que los fondos para jueces y fiscales hayan salido de la cuneta. Yo también sé hacer juegos de palabras.

No es bonito referirse a los muertos de la Guerra Civil como si se estuviera hablando de los restos de un mandril. Hay que tener más empatía, demostrar que en nuestro discurso político nos escolta la ética. Se puede estar en contra o a favor de la ley de Memoria Histórica, pero no debemos perder el respeto. Una foto nunca da para tanto. Me gustaría acabar con una adecuación guerracivilista del verso de Quevedo, pero no es el momento. Lo peor de todo esto es que esta gracia tan desafortunada le ha dado a Ester puntos en el partido.

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