Luna loca

Maranfallo es la fiesta ancaresa que le hacen en Burbia a la luna llena de enero, esta que ya viene crecida, la luna más preñada del año que nos trae su locura y su hielo que arde. Es una fiesta para joder al invierno en su mitad a base de fuego y zafarrón, tripeo y arrejunte, un carnaval que madruga; o que ya tarda, según, porque en mucho lugar empiezan estas fiestas de antruejos justo a finales de diciembre, por san Esteban.

En esa Luna de Maranfallo el mocerío en andrajos persigue a las mozas encisnándolas bajo la falda, abrazándolas forrados de zarzas o emburriándolas con un toro de palo y manta encima cuyos cuernos son una metáfora vieja de vergas... o puñales, que esta luna también vuelve loco al macho creciente y el ventilador anual del crimen de género echó a rodar con brío sus aspas obligando a los telediarios a abrir sección propia con su rutina diaria de malos vientos (además, para algunos la cuesta de enero no la pintan como pendiente o escalera a subir, sino a bajar... y sin frenos, decididamente suicida, esa vía que causa en España más muertos que la carretera).

Vengan, pues, antruejos y risas... porque, de verdad, en invierno hay peor humor, la gente está irascible, discute por nada, pasa demasiadas horas bajo techo en casas o trabajos y del simple roce salen chispas. La culpa es siempre del otro, que estorba, ocupa o roba, lema al que se acogen especialmente los políticos y las naciones para ladrarse mejor. Ahora mismo, bajo los efectos de la luna loca de Maranfallo, se están ladrando las dos Inglaterras donde arde el Brexit, se ladran la Francia rica y la asalariada de chaleco, se ladran la Norteamérica del Norte y la Norteamérica del Sur, se ladran las dos Cataluñas ante el inminente «Proceso al Procés», se ladran las dos Españas encantandas de reencontrarse en algún paredón... ¿os sorprende tanto ladrido?, interrumpió Sócrates... lo averiguaríais si os preguntárais por qué a la luna llena siempre la ladran los perros.

Y aquí llega esta luna loca, pero como trae nieves, quizá venga con un pan bajo el brazo o se haga queso. Pon que sea luna de pan y moja. Y ríe.