Diario de León

Acordes sobre un mar de nubes

El martes 22 de agosto tendrá lugar el que posiblemente será el concierto a mayor altura celebrado en el país: lo ofrecerá el grupo de folk Sog en pleno Collado Jermoso, a 2.064 metros, uno de los refugios más populares de Picos de Europa y dentro de los actos planeados por el 75 aniversario de su inauguración..

La actuación del grupo Sog forma parte de la jornada festiva organizada por los 75 años de Collado Jermoso. DL

La actuación del grupo Sog forma parte de la jornada festiva organizada por los 75 años de Collado Jermoso. DL

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e. gancedo | león

En muy pocos lugares puede uno levantarse de la cama y contemplar, en medio de una íntima sensación de asombro y privilegio, cómo un grupo de rebecos ha pasado la noche justamente al lado. Y asomarse a un extraordinario balcón natural en el que las cumbres más señeras de Picos de Europa apuntan al cielo tras atravesar un espeso manto de nubes. Es el refugio de montaña Diego Mella, popularmente conocido como de Collado Jermoso, uno de los más icónicos y apreciados del alpinismo español, y lugar que el martes 22 de agosto servirá de insólito escenario para un concierto a cargo del grupo de folk leonés Sog. Evento que probablemente se convierta en el recital celebrado a mayor altura en la historia del país: 2.064 metros.

El concierto comenzará a las 17.00 horas y forma parte de una jornada de celebración y convivencia organizada por los responsables del refugio con motivo de los 75 años cumplidos por el mismo. «Ofreceremos un concierto acústico con buena parte de nuestro repertorio —explicaba al Diario Tomás García, miembro de la banda— y, para subir hasta allá arriba, a parte de nuestras piernas, contaremos con la ayuda de la gente del refugio y de las mulas que tienen para hacer porteos, ya que aunque apenas llevemos amplificación sí tendremos que acarrear nuestros instrumentos, lo cual no es poco».

Además de la formación habitual, Sog —que acaba de sacar nuevo disco—, estará acompañado por Cristina, una de las componentes del grupo de pandereteras leonesas Gritsanda, «todo lo cual, gente, lugar, altitud... hará de éste un concierto muy especial», valoraba García. Y para aprovechar esta minigira valdeonesa, el día anterior, lunes 21, ofrecerán un concierto en La Ardilla Real de Santa Marina de Valdeón, a las 20.00 horas.

Pero la cita del martes también incluirá una cena-espicha a partir de las 19.00 horas (al precio de 14 euros), una reunión de todos los presentes para contemplar el siempre impresionante atardecer en el Collado Jermoso acompañados de música en directo, y una proyección a cargo de Isidoro Rodríguez Cubillas. Para apuntarse a la cena es necesario enviar un correo a la dirección refugio@colladojermoso.com.

Muy transitado (especialmente en esta época del año) por ser paso obligado a ‘torres’ míticas como el Llambrión o la Palanca, además de entre los territorios leonés y asturiano de Picos, el refugio está ubicado en una de las zonas más protegidas y atractivas del parque. Un sonoro e idóneo topónimo —jermoso es hermoso, con la aspiración de la hache típica de este área— que rivaliza con el nombre oficial de Diego Mella, célebre montañero y gestor leonés que propulsó su construcción. Encargado de su diseño fue el arquitecto Julián Delgado Úbeda (1895-1962), por entonces primer presidente de la Unión de Sociedades Españolas de Alpinismo.

«No era, por tanto, un mero arquitecto», indica hoy su nieto, Jorge Delgado, recordando cómo aquel hombre unía mejor que nadie las facetas de conocimiento del oficio y amor por la montaña. «Su primer contacto con las cumbres, siendo casi un niño, fue con la montaña palentina, a la que acudía en bicicleta desde Carrión de los Condes, a principios del siglo XX», añade, recordando también que Julián Delgado «había levantado otros refugios antes, y lo haría después, como el del Urriellu en 1954». Jorge, publicista de profesión, cuenta con muy abundante documentación relativa a la labor del abuelo: entre ella, el programa oficial de actos de la inauguración del edificio —ocho días de celebraciones que incluyeron pases de películas, corros de lucha, concurso de cantos, caminatas y hasta un ojeo de rebecos—, y documento que ha servido para clarificar el día de la efeméride: «En un principio se había pensado para el 20 de agosto pero gracias a este programa, que nunca ha vuelto a ser publicado desde entonces, se comprobó que la apertura tuvo lugar el día 22», precisó.

Otro de los aspectos que más sorprenden de la historia del Jermoso —muy detalladamente contada en su web oficial— es el monumental esfuerzo humano que precisó en la subida de materiales de construcción hasta tan gran altitud, y que recayó, mayoritariamente, en paisanos de la zona. Entre ellos siempre destacó el papel de una paisana, Heliodora Guerra, de Los Llanos, a quien le tocó transportar cemento, pizarra, yeso, ladrillos y madera desde el tendejón de las Joyas hasta Jermoso. «Todos los días hacíamos dos viajes, y en cada viaje cargábamos 35 o 40 kilos», explicaba en su día.

También a ellos, así pues, debería ir dedicado el homenaje del día 22.

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