patrimonio
La carcoma hace temblar Valdavida
Los vecinos temen que el retablo y la estructura de iglesia, incluida en la Lista Roja, acaben por desplomarse.
Retablo de la iglesia, con el falso techo que podría ocultar el artesonado original.
Puede que la iglesia de Valdavida perezca antes de que se conozca su secreto: si bajo un falso techo se esconde el artesonado original, del siglo XVI. Para ser exactos, dos artesonados. Uno, de casi 300 metros cuadrados, sobre la nave; y otro, en la cúpula sobre el retablo, cuya existencia se percibe en algunos puntos del edificio. También parece más que probable que el yeso de las paredes oculten las primitivas pinturas.
La carcoma ha provocado estragos en la parroquia de San Julián y Santa Basilisa, cuya estructura podría desmoronarse si no se interviene cuanto antes.
Todos a una
Los vecinos constituyeron hace un año una asociación para salvar el retablo y han recibido una subvención del Obispado y el Instituto Leonés de Cultura (ILC). Una cantidad que, según dicen, «apenas sirve para quitar el polvo y dar un tratamiento de conservación a un pequeño retablo lateral». A petición suya, el historiador Ramón Pérez ha hecho un estudio de los valores artísticos de este pequeño templo y ha constatado el deficiente estado de conservación en que se encuentra.
La humedad y una plaga de insectos xilófagos amenazan su estabilidad. La carcoma ha sido tan voraz con el retablo que ha terminado por ‘tumbarlo’ contra la pared, algunos relieves han desaparecido y muchos santos ya no tienen ni pies ni cabeza.
Los trabajos más urgentes son desinsectar el retablo y comprobar los daños provocados por la carcoma en una iglesia prácticamente de madera. Los vecinos temen que una de las vigas ‘maestras’ se desplome. Ramón Pérez atribuye el retablo a la llamada ‘Escuela de León’, que trabajó, por ejemplo, en San Marcos. Un retablo con tres cuerpos y banco, enmarcados por columnas de orden gigante.
En una provincia con cientos de edificios ‘tocados’ o en ruina, la iglesia de Valdavida, que ni siquiera es Bien de Interés Cultural (BIC), tiene aún más difícil su supervivencia. En diciembre del año pasado Hispania Nostra la incluía en su Lista Roja.
El abandono y las humedades han ido borrando a los personajes del retablo. Otros, además, se han oscurecido por el paso del tiempo y, los más desafortunados, han sido víctimas de varios repintes. La iglesia, que preserva el escudo de la orden de San Juan de Jerusalén, está fechada en el siglo XIII, aunque la espadaña fue parcialmente reedificada en el XVIII, por los desperfectos que sufrió tras el terremoto de Lisboa de 1755. Por si fuera poco, la espadaña presenta una gran grieta.