Diario de León

Anatomía de un edificio

La Catedral más ‘Pulchra’

Entre los dos han pasado ‘años’ en la Catedral, si sumaran las horas que han estado en el interior; incluso, encerrados. El fallecido fotógrafo Manuel Martín deja como legado ‘Pulchra’, con textos del profesor César García Álvarez. Una obra colosal.

Vista aérea de la Catedral de 1962. M. MARTÍN

Vista aérea de la Catedral de 1962. M. MARTÍN

León

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Se conocieron en persona hace dos años y medio. Fue el editor Héctor Escobar quien les puso en contacto. Quería hacer un libro de la Catedral y reunió a dos de las personas que mejor la conocen y que han pasado miles de horas en ella. Así se fraguó Pulchra, un proyecto editorial que se ha retrasado por la pandemia, la muerte de Manuel Martín Martínez y, finalmente, por problemas de imprenta. Que llegue ahora a las librerías ha sido un regalo inesperado, porque todo hacía pensar que no estaría listo hasta el año próximo.

Editado por Escobar (Eolas) y Miguel Riera (Menoslobos), el libro de 240 páginas incluye 122 fotografías, entre los años 50 y 2020, siete décadas de Martín —el último de la saga Exakta—, desde sus primeras fotos de adolescente a la última que hizo ya muy enfermo.

El fotógrafo y el profesor de Historia del Arte la Universidad de León César García Álvarez acordaron que el libro sería la «esencia» del amor que ambos profesan a la Catedral. «Un viaje, como la mirada de un ángel», que fuera recorriendo el templo, «hasta su ascensión a las vidrieras».

La última foto que hizo Martín en 2020. M. MARTÍN

García Álvarez, que ha aportado grandes teorías sobre este edificio gótico, algunas absolutamente novedosas, no quería hacer una obra científica ni erudito; ese otro proyecto verá la luz en dos o tres años. Lo más difícil —admite— fue seleccionar entre miles de fotografías las que aparecen en el libro. Imágenes inéditas o poco conocidas y otras que crearon escuela, como la imagen del Cristo de Semana Santa que se funde con la fachada del edificio. Había para elegir fotos en blanco y negro, en color, analógicas, digitales, con las últimas tecnologías... porque, pese a su edad, «Martín siempre se mantuvo al día». El libro se cierra con la última fotografía que hizo Martín en octubre de 2020 al rosetón occidental. No volvió a la Catedral. Aunque falleció en mayo de este año y no pudo ver Pulchra acabado, «sí tuvo la portada y las últimas pruebas».

Cuenta García Álvarez que en el libro están «las mejores fotos de Martín, las más representativa de la arquitectura de la Catedral, las de una belleza especial y las que permiten una contemplación íntegra del monumento».

Seoane tallando la Virgen Blanca. M. MARTÍN

Eligió el título Pulchra porque es una palabra polisémica. Un título que recibe la Catedral leonesa desde el siglo XIII y aplicable también al trabajo de Martín. «Pulcher abarca en latín un amplio espectro de sentidos, no solo la belleza, sino la nobleza, la fama, la gloria e, incluso, la dicha, la alegría y la felicidad, lo bueno y bien acabado, lo perfecto».

Cuando habla de la Catedral a García Álvarez se le nota la pasión. No quiere contar que, cuando tenía 14 años, se propuso pasar la noche en el interior, de la seo leonesa, pero, al final, salió corriendo de miedo. También Martín pasó noches agazapado en los tejados para buscar las mejores luces y ángulos.

Procesión ante la Catedral. M. MARTÍN

Al autor de los textos le resulta difícil elegir una foto favorita. Destaca que algunas «ahora parecen fáciles, pero él fue pionero en hacerlas en su momento»; «después muchos siguieron sus pasos».

Los textos están subordinados a las imágenes, son una breve pincelada. Sutilmente, el escritor introduce muchos datos. Textos literarios, pero no pseudopoéticos, que rehúyen los comentarios históricos, artísticos o filosóficos. La idea es que el texto se funda con las fotos, para «iluminar al lector y enriquecer su comprensión de la Catedral», cuenta el autor.

Hay imágenes ‘diferentes’ del incendio que asoló el tejado en 1966, vistas aéreas de principios de esa década, una procesión en octubre de 1960 por el Año Santo Isidoriano y una fiesta del Corpus —pictóricas fotografías que parecen una fusión de Sorolla y Solana—, también aparece el escultor Seoane tallando la réplica de la Virgen Blanca en el claustro, detalles de arbotantes, vistas de las cubiertas, el coro, las vidrieras, algunas capillas y sepulcros...

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