Diario de León

Un célebre cuadro de Tiziano perdido hace 450 años puede estar en Sahagún

El Museo de la Semana Santa exhibe un lienzo descubierto durante unas obras en un desván y que coincide con «El entierro de Cristo» que el pintor veneciano extravió antes de entregárselo a Felipe II

Cuadro que apareció en el desván del Museo de la Semana Santa de Sahagún y que puede ser un Tiziano

Cuadro que apareció en el desván del Museo de la Semana Santa de Sahagún y que puede ser un Tiziano

León

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El paradero de El entierro de Cristo, de Tiziano, es uno de los mayores misterios de la historia de la pintura. Desapareció antes de que el artista veneciano pudiera entregárselo a Felipe II. En 450 años no ha sido localizado. Sin embargo, esta obra maestra puede estar en Sahagún.

El cuadro había sido arrinconado y olvidado en el desván del Museo de la Semana Santa de la citada localidad leonesa. Fue la pintora autodidacta y estudiosa del arte Cándida Buiza quien lo descubrió en el trastero durante las obras de restauración de este edificio del siglo XVII

Actualmente, el lienzo puede verse en este museo que tutela la Cofradía de Jesús Nazareno, aunque se encuentra muy deteriorado y exigiría una minuciosa restauración, ya que la pintura está recubierta por una capa de suciedad e incluso cuarteada y rota.

Es un enigma cómo un Tiziano llegó hasta aquí, pero no hay que olvidar que el Museo de la Semana Santa está situado en la capilla de Jesús, anexa a la Iglesia de San Lorenzo, y que Sahagún, en la época en la que se extravió el cuadro, era sede de un poderoso monasterio, con valiosos tesoros artísticos, que acogió en múltiples ocasiones a reyes y princesas.

El propio Felipe II, en 1591, escribe una carta al abad de Sahagún, fray Manso de Otel, en la que le reclama la reliquia de san Mancio para la catedral de Évora. Este monarca en 1558 encargó El entierro de Cristo a Tiziano, uno de sus artistas favoritos, quien ya había pintado una obra parecida en 1523 para el duque de Mantua, cuadro que hoy se exhibe en el Louvre.

En 1559 Tiziano escribe una carta al monarca español en la que se refiere al «cuadro extraviado» y promete poner todo su empeño en perfeccionarlo en una nueva obra. Cabe la posibilidad de que el artista italiano vendiera la pintura al concluirla y, con la excusa de la pérdida, realizara otra similar para el monarca, cuya venta tenía asegurada.

Comparando el lienzo de Sahagún y los del Prado, ciertamente, los del museo madrileño son cromáticamente superiores y el sarcófago de Cristo gana en detalles, de modo que el artista habría cumplido su promesa de mejorar la obra.

El «Tiziano de Sahagún», de 170 por 140 centímetros, es de idénticas dimensiones, igual composición y similar técnica -”con las inconfundibles pinceladas del artista italiano-” a los dos que hay en El Prado.

Sin respuesta de El Prado. Este periódico se ha puesto en contacto con el museo madrileño -”al que ha enviado fotografías del cuadro de Sahagún-”, con la finalidad de que los expertos dictaminen si es una obra de Tiziano o de alguno de sus discípulos. De momento, no ha habido respuesta.

En el lienzo del Museo de la Semana Santa no se aprecia la firma de Tiziano, que utilizó diferentes rúbricas; como ejemplo, en los del Prado aparecen los nombres Titianus F. y Titianus Vecellios Aeque Caes.

A simple vista, la semejanza entre la obra de Sahagún y las del Prado es incuestionable. Y no se trata de una vulgar réplica, como haría un imitador, sino que ninguna de las versiones que realizó Tiziano de El entierro de Cristo son idénticas.

En todas ellas se aprecia a Cristo yacente rodeado por la Magdalena, la Virgen, María de Betania, José de Arimatea y Nicodemo.

Lo cierto es que Tiziano pintó más de una vez El entierro de Cristo: dos versiones están en El Prado; otra, en el Louvre; y una más, en una entidad de Zaragoza.

Como dato curioso, el gobierno británico pagó el año pasado al duque de Sutherland 56 millones de euros por el cuadro Diana y Acteón, obra de Tiziano.

El lugar prodigioso. El desván del Museo de la Semana Santa de Sahagún contenía otro pequeño tesoro. Un cuadro de 1720 del pintor vallisoletano Pastrana. Cándida Buiza lo encontró «embadurnado» de betún de Judea. Tras limpiarlo, descubrió una espléndida obra, de 130 por 160 centímetros, que representa a San Antonio, con la Virgen del Rosario y las ánimas del purgatorio. La obra también ha sido rescatada y se exhibe en el Museo de la Semana Santa de Sahagún.

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