«Escribo realidades, pero nada que manche la inocencia de un niño»

Manuela Rejas es una mujer increíble. Sabia, simpática y luchadora en la vida, tiene mucho que contar. Desprende vitalidad y buen humor por cada poro de su piel y los que tienen la suerte de conocerla, aunque tan sólo hayan compartido unos minutos de su tiempo con ella, no olvidan sus palabras ni sus interesantes vivencias. A sus ochenta y dos años de edad, Manuela se recupera de una operación de cadera y recuerda cada instante de su existencia. La literatura siempre ha estado presente en su vida y confiesa «la gran pasión» que siente por las letras. Parte de su vida la desarrolló trabajando en el Circo Romero, trabajando primero en funciones básicas como las de limpieza. Pero gracias a su empeño llegó a ser trapecista y a embaucar a su querido público con sesiones de mentalismo y telepatía. Manuela consiguió convertirse en la primera mujer ilusionista de España. -¿Por qué decidió escribir literatura? ¿Es una pasión que la acompaña desde hace muchos años? -Porque toda la vida me encantó escribir, aunque tuviera que hacerlo en las paredes. Me apasiona la narrativa y la poesía me vuelve loca. Sí, es una pasión que me acompaña desde siempre. Todas las personas solitarias nos volcamos en las letras, es la única forma de poder decir todo lo que quieres y de que no te contesten mal. -¿Sus historias son fictícias? -Como tengo una vida bastante movida, bastante complicada también, y he tenido que luchar mucho, en todo lo que escribo va algo de mí. Expresar sentimientos no perjudica a la salud. Tengo muchas vivencias para contar, realmente, vivir es la mejor universidad. -Usted ha vivido en el maravilloso mundo del circo, ¿existe algún vínculo de unión entre circo y literatura? -Sí, tienen mucho que ver. Influye mucho el movimiento, el conocer distintas ciudades y diferentes culturas. La vida en el circo te brinda muchas oportunidades, aunque también tiene sus cosas malas. Por regla general conoces mucho mundo, eres muy feliz y también sufres mucho... es una vida muy intensa y consigues soltarlo todo escribiendo y ayudándote de la imaginación. -¿Qué pretende transmitir con sus cuentos? ¿Influir, quizás, de alguna manera en la sociedad? -Me gustaría transmitir una forma de agarrarse a la vida, una manera de aguantar, de motivarse para ver el lado positivo de nuestro entorno. Me encanta el público, lo necesito en mi vida. -¿Cómo autodefine sus libros? -Como una lectura simple, muy fácil de leer y entender. Escribo para hacer soñar, reír y llorar. No soy capaz de llenar páginas comentando detalles, voy derecha al grano; es factible divertirse o no con lo que escribo. Me dirijo hacia todas las edades. No escribo para que haya tabúes ni nada que pueda manchar la inocencia de un niño, escribo realidades. -¿Ha editado más libros? -Sí. Mil historias , un libro muy infantil; Cuentos reunidos , donde cuento la boda de la infanta Elena vista por dos ratones desde la catedral de Sevilla; y ahora 15 Historias en carne viva , de la editorial Lobo Sapiens. La primera historia de mi último libro es muy fuerte, me encontraba en un momento de baja forma, soy niña de la guerra y he vivido experiencias sobrecogedoras. -¿No ha pensado nunca en escribir una autobiografía? -No podría. Cuando una persona lo hace, para mí significa escuetamente contar lo que te ha pasado. Cuando llegas a lo malo siempre intentas suavizarlo o apartarlo, entonces ya deja de ser una biografía. Cuando te duele lo camuflas, cuentas otras historias que vengan a cuento. Para mí eso es una fórmula de escape, ahí va lo mío. -¿Qué opina del nivel literario de los escritores de hoy en día? -Soy una devoralibros . Los admiro, pero siempre me agarro a una idea, todo depende de los cimientos del escritor, es decir, si un escritor ha tenido la oportunidad de haber ido a la universidad, es tolerante, y no ha sufrido, tiene mucho ganado. Algunos me parecen maravillosos, otros no me gustan, pero aunque un libro me parezca aburrido y pesado como un plomo siempre me leo hasta la última página. Me ciegan las novelas de misterio y odio las novelas del corazón. Tampoco me gusta nada la prensa rosa. Habré leído en toda mi vida sólo tres novelas románticas. -¿Qué se necesita para ser un buen transmisor de cuentos? -Para ser un buen transmisor de cuentos, la respuesta es saber transmitir todo a tu público. Yo soy la primera mujer ilusionista de España y sigo siendo capaz de trasladar sentimientos a la gente. Para conseguir el puesto tuve que hacer un cásting, me costó mucho esfuerzo porque el trabajo no se lo querían ofrecer a una mujer. Al principio sólo me querían de ayudante para el ilusionista. Pero conseguí que me dieran el puesto y con ello el carné de primera ilusionista. Actualmente sigo haciendo trucos de magia para los ancianos. La comunicación es algo muy personal que debe salir de uno mismo. -¿Qué prefiere, la comunicación escrita o la comunicación oral? -Da igual. Soy capaz de pasarme 24 horas contando chistes sin parar y sin aburrirme. Por otro lado, la escritura me ayuda, me hace feliz. -¿Tiene algún proyecto nuevo en mente? -Ahora espero que mi libro se lea mucho en León, y que se venda bien, pero sobre todo que se lea.