Diario de León

PATRIMONIO

El gótico leonés de Nicolás Francés reaparece en Cataluña

La familia Gallardo Ballart dona al MNAC, como pago de impuestos, obras del artista que decoró la Catedral

Pinturas de Nicolás Francés en la capilla de Santa Teresa de la Catedral de León

Pinturas de Nicolás Francés en la capilla de Santa Teresa de la Catedral de León

León

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Nicolás Francés, el pintor por excelencia de la Catedral de León y cuyo legado se encuentra disperso por medio mundo, reaparece ahora en Cataluña, tras subastarse a principios de año dos tablas del gran maestro del siglo XV en las sedes neoyorquinas de las casas Christie’s y Sotheby’s. La poderosa familia Gallardo Ballart, propietaria del imperio farmacéutico Almirall, ha donado al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) diecisiete obras de arte medieval, de artistas clave de los siglos XIV y XV, como el citado Nicolás Francés, así como Jaume y Pere Serra, Lluís Borrassà, Bernat Martorell y Martín Bernat.

No es una donación desinteresada, sino fruto de un acuerdo del coleccionista con el museo y los departamentos de Economía y de Cultura de la Generalitat, por el que el gobierno catalán se ha comprometido a aceptar el resto de la colección como pago de futuros impuestos. Jorge Gallardo Ballart, ingeniero industrial y presidente del laboratorio farmacéutico Almirall, comparte con su hermano Antonio -vicepresidente- una de las 50 mayores fortunas del país, según la revista Forbes.

De momento, ni el museo ni los empresarios han dado a conocer qué obras de Nicolás Francés ha recibido el MNAC, que con este regalo pasa a tener una de las mejores colecciones del mundo de arte gótico.

Maese Nicolás, de origen francés aunque afincado en la calle Cardiles donde vivió hasta su fallecimiento en el año 1468, se ha convertido, curiosamente, en uno de los artistas más codiciados este año.

En enero Christie’s retiraba en el último momento la obra de Maese Nicolás La misa de San Gregorio, que tenía un precio de salida entre 300.000 y 500.000 dólares. La sala, amparada en su proverbial confidencialidad, no quiso dar explicaciones, aunque es relativamente frecuente que un cliente preferente haga una buena oferta justo antes de la puja y la pieza ni siquiera llegue a salir a subasta. Otra posibilidad es que sobre la obra exista algún problema legal.

El nombre de Nicolás Francés está inexorablemente atado a la Catedral de León. Fue el autor del primitivo retablo catedralicio, terminado por el maestro en 1434, pero muchos de cuyos paneles se trasladaron a otros templos o se ‘perdieron’ a partir de 1740, cuando los canónigos de la Pulchra lo desmantelaron para instalar en su lugar uno churrigueresco, de Narciso Tomé.

El expolio

Hace dos años una casa de subastas de Barcelona vendió una de las tablas de este retablo. ¿Cómo llegaron hasta aquí? Investigadores como Alejandro Valderas, que han intentado seguir la pista a las tablas desaparecidas del retablo, descubrieron que el arquitecto Juan Crisóstomo Torbado se hico con algunas obras del maestro medieval a cambio de sus trabajos para la Iglesia.El Instituto Amatler de Barcelona sacó en 1947 una serie de fotografías en las que aparecían varias de las piezas que Torbado había ido atesorando. Entre los años 30 y los 50, los grandes coleccionistas catalanes comienzan a interesarse por el arte gótico leonés y no encuentran obstáculos en adquirir obras. En 1947 muere Torbado y toda su herencia se tasa para ser vendida en Nueva York. El marchante es Ignacio Martínez, el ‘anticuario’ implicado en la operación de venta del claustro de Palamós, que presumiblemente procede de la catedral románica de Salamanca.

El nombre de este antiquario, muy vinculado al expolio que sufre León en la primera mitad del siglo XX, aparece en las facturas de la venta del legado de los Torbado al Museo Nacional de Arte de Cataluña.

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