El ILC desempolva la mirada leonesa

Con una exposición concebida como la historia de la relación de la Diputación leonesa con el arte desde el momento del nacimiento de la institución, se inaugura un nuevo tiempo para la cultura de León. Hay que pensar en lo que la colección que ahora se presenta en el Instituto Leonés de Cultura, podría haber sido si desde siempre se hubiera pensado en ella como algo perdurable, algo que intentara resumir las inquietudes y las corrientes artísticas de León y los leoneses durante los dos últimos siglos. Pero aún es momento para recuperar el tiempo perdido y para hacer paso a paso un nuevo camino que nos lleve, como decía el pintor Modesto Llamas Gil en la inauguración de su exposición antológica en el mismo ILC, a conseguir un museo permanente para el arte provincial.

Alguien comentó en los pasillos que sería importante que las instituciones de la provincia negociaran que la colección de arte de Caja España, ahora que la entidad se diluye en turbulentas aguas financieras, se quedara para siempre en estas tierras, puede que estemos viviendo los últimos momentos para poder conseguirlo.

Lecturas para una colección, se presentó en un sencillo acto, quizá excesivamente sencillo para su indudable importancia, presidido por el diputado de cultura Teodoro Martínez y el director del ILC, Jesús de Celis. «Esta muestra -dijo Teodoro Martínez- la integra una selección de los fondos de artes plásticas de la Diputación, ya sea en propiedad o en depósito. En total, el número de obras que integran la exposición es de 255, realizadas por 175 creadores plásticos de diferentes disciplinas, además de 9 obras anónimas. Hay en la colección una mayoría de artistas leoneses, pero también autores de relevancia nacional y algunos extranjeros, como Roland Fade, Louis Monard, José Guillou o Daniel Chust. Las piezas más antiguas de las que se presentan son el Nacimiento de la Virgen y el Descendimiento, que pertenecen a la época gótica, concretamente al tránsito del siglo XV al XVI. Mientras que las imágenes más actuales se han incorporado a la colección hace solamente unas semanas».

Goyas y Arroyos

Otras obras relevantes que podrán admirarse, aunque lo importante es el conjunto expuesto, son los cuatro grabados de la Tauromaquia de Goya, varios cuadros de Eduardo Arroyo, Teresa Gancedo. Alberto García-Alix, Gervasio Sánchez, Agustina Otero, Dora García, Gustavo Vega, Vela Zanetti o Víctor de los Ríos.

El comisario de la muestra, Luis García, explicó que esta «no es precisamente una colección, en el sentido literal del término. Está conformada -dijo- por una superposición de estratos que se han ido acumulando a lo largo de los años de forma inconexa y sin ambición de futuro. Una colección que no es una colección, más bien una suma de aportaciones creativas descontextualizadas y desordenadas, a las cuales se hace urgente dotar de sentido y coherencia para reconstruir nuestra propia historia. Desde hace casi dos décadas se están realizando esfuerzos por investigar y documentar para recuperar artistas claves con los que se pueda reconstruir el variado, fértil, dinámico y rico espacio creativo leonés».

Resumía Luis García este ambicioso proyecto: «Se trata de una exposición compleja, difícil y comprometida que muestra los aciertos y los fallos cometidos a lo largo del tiempo, desde los mismos orígenes de la Diputación hasta la actualidad. Así la muestra se inicia con una referencia a los componentes estructurales de tipo cultural, político y religioso que dieron origen a esta Diputación y a partir de este espacio se hace un recorrido muy esquemático, pero utilizando un conjunto amplio de obras que recorren los diferentes momentos históricos hasta nuestros días».