
marcelino cuevas | león
José Granizo es ya un jalón más en la mejor historia de la fotografía leonesa. Callado, silencioso, viajero incansable, Granizo fue hombre de vida intensa que escogió el anonimato para su obra. El artista guardaba en sus cajones digitales unas fotografías geniales que se resistía a mostrar. Pero ya han salido a luz y se han visto, con admiración, en la Casa de León en Madrid o el Museo Gabarrón de Valladolid. Ahora podemos admirar medio centenar de sus trabajos en la Fundación Vela Zanetti.
De él se ha dicho: «Marcadamente autodidacta y vocacional, siempre bien guiado por su talento natural, no renunció a adquirir conocimientos en algunas de las más prestigiosas escuelas de fotografía».
En la exposición que han titulado Desde su óptica muestra el artista algunos paisajes pero, sobre todo, presenta una hermosa galería de retratos fruto de sus viajes por los cinco continentes. Fotografías, siempre en blanco y negro, que buscan y encuentran el alma de sus modelos. Sin duda una buena muestra de la estupenda obra del desaparecido artista.