Diario de León

la fragua literaria leonesa. TOÑO BENAVIDES

«La poesía panfletaria es sin duda la peor que se ha escrito»

El reconocido ilustrador y poeta, autor de ‘Los chicos del vertedero’, libro que define como «quemante y mestizo», trabaja ahora en un nuevo poemario

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manuel cuenya
León

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Conocido, reconocido y laureado como autor de cómics e ilustrador de libros, entre otros trabajos en prensa y publicidad, Toño Benavides es además un magnífico poeta, cuya obra, aunque breve, resulta sustanciosa, acaso transgresora, como su último y reciente poemario Los chicos del vertedero , que es, en palabras de su creador, «ese personaje múltiple, en parte actual, en parte generacional, que me permite evitar el discurso en primera persona, huir del ‘yo’ autorreferencial y contar experiencias que atañen los demás». O bien «una vanguardia alucinada de seres sensitivos…», un libro «quemante, mestizo», escrito «con un ritmo desaforado y asimétrico», según nos cuenta Batania en el prólogo. Un retrato demoledor, en todo caso, de la sociedad urbanita, industrializada y capitalista actual. «Mi intención era encontrar la poesía allí donde nadie la sospechaba», aclara Toño, que rehúye de la poesía panfletaria, porque «es la peor poesía que se ha escrito», y se considera muy lejos de la poesía ensimismada, homeopática, desconectada de la realidad e incapaz de comunicarse con los lectores. «Tampoco me interesa ese virtuosismo erudito y saltimbanqui pero carente de fondo, que mezcla las palabras y los conceptos —añade— como si fueran los ingredientes de una magnífica ensalada circense».

A Toño le gusta situarse tan lejos como sea posible de lo coyuntural y anecdótico, pero muy cerca de esa realidad que no se hace evidente a primera vista. Tal vez por esto dice limitarse a contar lo que ve, no reivindicando nada ni pretendiendo ajustar cuentas con la política o la sociedad, a la vez que cita a Carlos Edmundo de Ory: «Los ciegos son aquellos que no ven lo invisible». En este mismo sentido, es consciente de que sólo puede escribir sobre lo que tiene delante. Por eso Burroughs es uno de sus autores preferidos, además de otros muchos sobre los que vuelve «porque nunca se acaban», como Lêdo Ivo, Ballard, Miller, Ginsberg, Gil de Biedma, Nicanor Parra, Gelman o Caballero Bonald… «Cualquiera de ellos, si haces un común denominador, tendrás la explicación respecto a por qué no prescindo de ellos. Por otro lado, establecer magisterio significa final de recorrido y no dejo de descubrir poetas a quienes siempre voy a volver como, por ejemplo, Benjamín Prado o Luis Miguel Rabanal». Asimismo, Toño Benavides, que ha colaborado con diversas revistas como Vinalia Trippers , Monográfico , Tripulantes , bestiario.com o The Children Book of American Birds , reconoce que autores leoneses como Vicente Muñoz, Alberto Torices, Rafael Saravia, Nacho Abad…, además de ser escritores con los que comparte gustos y referentes, son compañeros de viaje con los que coincide siempre que tiene ocasión y que han demostrado una capacidad poco frecuente para remover el panorama literario y ofrecer cauces para la difusión de nuevas propuestas.

Como tantos artistas y escritores leoneses, Toño también se fue de León y vive en Madrid desde hace años. No obstante, el paisaje de su infancia está presente en buena parte de lo que ha escrito, «bien como ruido de fondo o bien como escenario de experiencias directas». León aparece en poemas como La huida o Suicidas , ambos recogidos en Los chicos del vertedero , «pero que nadie espere encontrar en ellos un canto a la naturaleza, la épica del paisaje montañoso o el regocijo del hortelano en la vida rural. Por otro lado, ¿en qué se diferencia un leonés de un segoviano? El primero nunca le echaría arroz a una morcilla y el segundo se las come gustoso. No me apetece hacer poesía con la morcilla, la prefiero en el cocido y sin arroz».

Surrealismo, necesidad

Aparte de Los chicos del vertedero , el artista y escritor leonés ha publicado otros dos libros, Paraíso , «que trató de ser el expresionismo hecho palabra bregando con la sintaxis y apenas logró difusión» y El sótano en llamas , un libro de relatos surrealistas, el surrealismo entendido como método de conocimiento directo de la realidad. El surrealismo es, según Benavides, más necesario que nunca, «al igual que el sentido del humor» porque aunque naciera en los años veinte funciona perfectamente ahora. «Dalí propuso el Método paranoico-crítico ».

En realidad, sus labores como ilustrador y creador literario están íntimamente relacionadas porque cuando no sabe lo que quiere decir, casi siempre ve con claridad el canal por el que lo quiere expresar. «No hay tanta diferencia, se trata de convocar imágenes, sólo cambia el canal», matiza. «Un buen poema puede jugar el papel de representar visualmente (a modo de holograma en la mente del lector) la imagen o metaimagen de la realidad que quise expresar y, en una buena ilustración, puede subyacer la expresión poética de un fragmento de realidad».

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