Diario de León

una herencia voluminosa

El legado del escritor que dejó León ‘empantanado’

La Biblioteca Nacional adquiere el archivo personal de Juan Benet El ministerio pagó 320.000 euros por cartas, fotos, manuscritos y la biblioteca con libros anotados por él

Fotografía de Juan Benet y un texto mecanografiado y firmado por él que forman parte del legado adquirido por la Biblioteca Nacional. BNE

Fotografía de Juan Benet y un texto mecanografiado y firmado por él que forman parte del legado adquirido por la Biblioteca Nacional. BNE

León

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Para León, Juan Benet sigue siendo el ingeniero que construyó el pantano del Porma antes que uno de los grandes escritores del siglo XX. Pero casi todo en la vida y obra del autor de Volverás a Región es sorprendente. Su importante legado forma ya parte de los fondos de la Biblioteca Nacional de España. Una voluminosa herencia por la que el Ministerio de Cultura ha pagado 320.000 euros y que reúne 28 manuscritos enviados por el autor a las editoriales para su publicación, alrededor de 2.000 fotografías familiares, de obras públicas y proyectos y de viajes con amigos como Félix de Azúa o Domingo Dominguín —padre del torero Luis Dominguín y abuelo de Miguel Bosé—, 2.500 cartas personales y profesionales y una biblioteca con libros anotados y subrayados por él.

Según fuentes de la Bibioteca Nacional se han conservado casi todos los borradores de sus obras, a excepción de dos de la novela que escribió en León, Volverás a Región, que Benet regaló a Rosa Regás, editora de muchas de sus novelas, y a Jesús Aguirre, marido de la duquesa de Alba.

Miles de objetos a través de los cuales es posible reconstruir la apasionante biografía del escritor que creó su Macondo particular (Región) en una provincia donde las instituciones —Junta y Diputación— mantuvieron una guerra en los noventa cuando se puso el nombre de Juan Benet a la presa del Porma.

En marzo de 1993 el Grupo Popular en las Cortes rechazó una proposición del PSOE para hacer un homenaje póstumo a Benet, fallecido en enero de ese año. El portavoz del PP en la Comisión de Cultura, José Nieto Noya, argumentó que era un escritor «discutido, discutible y hasta insoportable». Días después los procuradores recibían un regalo de los socialistas: un ejemplar del libro de Benet Nunca llegarás a nada. Escritores como Juan Marsé, Javier Marías y Luis Landero lanzaron airadas críticas contra los populares.

Finalmente, en 1994 la Diputación de León organizó un acto de ‘desagravio’ magistralmente relatado en este periódico por Victoriano Crémer: «La cita contenía un claro propósito: rehabilitar, por si fuera necesario, el nombre de Juan Benet como novelista y, por añadidura, como ser humano, como hombre en un tiempo determinado, ante una sociedad de muy precisos perfiles y, quizá, sobre todo, ante una comunidad culturalmente sometida al imperio de la mediocridad, de la pereza mental y de la vulgaridad».

Los años bárbaros

Benet pasó ocho años en León. Desembarcó, primeramente, en Ponferrada en 1956. Tras efímeros empleos en Finlandia y Suecia, aquí trabaja en los canales de Quereño y Cornatel. Entre 1961 y 1965, durante la construcción del pantano del Porma, vivirá en León. Tres de sus cuatro hijos nacieron en esta provincia.

El gran álbum fotográfico de Benet que ahora posee la Biblioteca Nacional permite poner imágenes a la biografía del autor de Herrumbrosas lanzas -que toma el título de un poema de Miguel Hernández-. Una vida que se torna trágica con el fusilamiento de su padre durante la Guerra Civil. Una vida en la que es crucial su hermano Paco, exiliado en Francia por ser el cerebro de la aparatosa y surrealista fuga se Nicolás Sánchez Albornoz y Manuel Lamana que inspiró la película de Fernando Colomo Los años bárbaros. Una vida en la que Benet, que tenía fama de ser un espléndido anfitrión por su agudísimo sentido del humor, se cortó la coleta en su primera corrida, donde ejerció como banderillero del diestro Rafael Ortega.

Entre la ingente correspondencia hay cartas de Benet a la escritora leonesa Josefina Aldecoa, a la que conoce, así como al también leonés Jesús Fernández Santos, en las tertulias del café Gijón.

Pero entre las 2.500 cartas, destacan las 700 escritas a lo largo de 27 años por Benet y su primera mujer y prima carnal Nuria Jordana. Ella se tuvo que ir al exilio porque sus padres eran republicanos. Ahí comenzó la correspondencia entre ambos, hasta que finalmente ella se suicidó en 1974. «Me pides una novela, nada menos. Yo no sé si te das cuenta de que hacer una novela es bastante más gordo que una carrera. Pero te la voy a hacer y buena…», le escribe Benet a su novia en 1951, cuatro años antes de casarse.

También la Biblioteca Nacional atesora las agendas personales, entre 1957 y 1991, que constituyen una suerte de diario del escritor al que el periódico The Times comparó con Marcel Proust en Francia, James Joyce en Irlanda y su admirado William Faulkner en Estados Unidos.

El legado de Benet incluye en torno a unos 9.000 libros reunidos por el autor, entre los que destaca un fondo especializado sobre la Guerra Civil española, en el que hay un fichero del autor en el que anotó su opinión personal sobre las obras.

En el legado, como en la propia trayectoria de Benet, hay numeroso material vinculado a su profesión como ingeniero, la faceta por la que nunca ha sido perdonado en este León al que dedicó su mejor obra, Volverás a región, que inspiró a toda una generación de escritores.

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