Diario de León

El leonés José Vicente Casado halla el meteorito número cien de Marte

‘Sciencie’ y otras revistas se hacen eco del objeto, formado hace 280 millones de años.

El ‘cazameteoritos’ José Vicente Casado hace ondear la bandera de León sobre el objeto marciano.

El ‘cazameteoritos’ José Vicente Casado hace ondear la bandera de León sobre el objeto marciano.

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e. gancedo | león
León

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Son viajeros de otros mundos, testigos de épocas tan desmesuradamente lejanas que producen vértigo. Los extraterrestres existen y se llaman meteoritos, bólidos de roca que impactaron sobre la Tierra hace milenios y cuya fecha de nacimiento sólo puede medirse en millones de años. No existen demasiados ‘cazameteoritos’ —profesionales especializados en el rastreo y localización de tan singulares visitantes—, pero uno de los más activos es sin duda el leonés José Vicente Casado, experto también en fósiles y muy activo divulgador científico.

Uno de sus últimos hallazgos, recientemente confirmado y valorado por algunas de las instituciones y publicaciones científicas más importantes a nivel mundial, es una pieza que seguramente pasaría desapercibida a ojos de cualquier otro que no tuviera la avisada vista y un olfato tan aguzado como el de Casado: se trata del meterorito que hace el número cien de los llegados desde Marte hasta la Tierra, y muy significativo además porque procede de la parte profunda del ‘planeta rojo’, fruto de una brutal colisión que arrancó enormes pedazos del mismo. Su descubridor explica cómo se produjo el hallazgo: «Todos los años vamos un grupo a buscar meteoritos, y por cierto que sin ningún tipo de ayuda ni de subvención de institución alguna. En concreto, en el 2010 nos dirigimos a una zona del desierto entre Túnez y Libia que es muy especial y en la que ya habíamos encontrado otras cosas antes». «Lo primero con que nos topamos, viajando en quads por esa zona —prosigue—, entre los meses de enero y febrero, por razones de temperatura, fue con un pedrusco negro en medio del desierto. Íbamos en el grupo dos expertos en meteoritos y, la verdad, no supimos decir qué era aquel trozo de basalto tan extraño, sin relación con el resto de materiales del entorno. Poco después encontramos otro fragmento de roca, muy extraño, y la apuntamos así tal cual, como ‘piedra rara’. La medimos, la fotografiamos, la situamos con el gps... bueno, pues la primera resultó ser un molino prehistórico para moler cereales, que había sido trasportado desde algún punto situado a miles de kilómetros». En la otra depositaba Casado más esperanzas. Y acertó. Una vez en León, la cortó con las herramientas especiales de que dispone y comprobó «su estructura diferente, peculiar», una estructura «que no se suele dar en ningún mineral de la Tierra», comenta. Después la envió al profesor Jordi Llorca, de la Universidad Politécnica de Cataluña, quien confirmó su carácter de meteorito y le pidió permiso para enviar fragmentos a instituciones especializadas: «En el Instituto Max Planck alemán y en el Smithsonian, dependiente de la Nasa, entre otros, llevan estudiándola tres años en muy diferentes aspectos, confirmando que el objeto procede de Marte y que hace nada menos que el número cien de los meteoritos marcianos encontrados hasta el momento en la Tierra», explica el ‘cazameteoritos’ leonés.

Corteza arrancada

Pero la importancia del bólido no acaba ahí, ya que las instituciones que lo estudiaron determinaron que procede de la parte más profunda que conocemos del planeta rojo. «Un potentísimo impacto con otro objeto arrancó fragmentos de la corteza de Marte y los lanzó al espacio, es algo muy raro y especialmente interesante que nos puede dar información sobre la estructura interna del planeta, sus volcanes y muchas más cosas», argumenta Casado, quien mantiene que, de los muchos hallazgos que ha protagonizado en su vida, éste es el que más importancia reviste: «Si se me ha de recordar por algo, seguramente será por esto», asevera. También le enorgullece haber definido lo que se llama un ‘área de búsqueda’ —hay veinte en todo el mundo— entre Túnez y Libia. Pero, ¿dónde los busca? «Han de ser zonas llanas, altas y secas, lo más áridas posible, sencillamente porque así se ven». «En León mismo puede haber tantos fósiles como en Túnez, pero es muy difícil verlos por la vegetación y la geografía», ilustra. Ahora, tanto el Meteoritical Bulletin como otras revistas especializadas (saldrá también en Science ) se han ocupado del pequeño ‘viajero interestelar’ que fue formado hace 280 millones de años y que llegó a la Tierra hace unos 40.000 años.

Hasta el 2 de septiembre podemos ver incluso unos pequeños trozos del mismo en la exposición Meteoritos del Museo de la Minería de Sabero.

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