Diario de León

Martín Garzo presenta su nuevo libro en León

El escritor habla de ‘El País de los Niños Perdidos’ en la Biblioteca Padre Isla

El escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo. MIRIAM CHACHÓN

El escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo. MIRIAM CHACHÓN

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«Todos los niños desaparecen, misteriosamente. Cuando menos se lo espera uno, un día, los niños se han ido, y no vuelven más». Esa frase de Solo un pie descalzo , de Ana María Matute, es la elegida por Gustavo Martín Garzo para abrir El País de los Niños Perdidos, que el autor, acompañado por el editor Héctor Escobar, presenta hoy, a las 19.00 horas, en la Biblioteca Padre Isla, y condensa a la perfección el espíritu de su nuevo libro. Con el ‘Peter Pan’ de James Matthew Barrie como espejo donde mirarse («es una obra suprema, no hay ningún libro que exprese mejor lo que es la infancia», confiesa Garzo), el escritor vallisoletano brinda un delicioso compendio de cuentos de hadas con el que se adentra en el complejo, fascinante y fascinado mundo de una etapa vital que, para él, es «esencial».

«Es un libro que básicamente está escrito para mis nietos, Gabriele y Adriano, que tienen diez y siete años (así se llaman también los dos protagonistas del libro). Un día de pronto me di cuenta de que se estaban haciendo mayores y vino a mi cabeza esa frase tan inquietante de Ana María Matute con la que se abre el libro. Siempre hay un momento de perplejidad que nunca terminas de entender, cuando ves a un hijo tuyo que está creciendo y te das cuenta de que se ha transformado en un chico o en una chica. Y te preguntas ¿ese niño dónde está? Es algo que también sucede con el niño que fuimos, cuando vemos nuestras fotos de pequeños y nos enfrentamos a alguien que es todo un enigma, que se ha ido para siempre, para no volver, por mucho que nos empeñemos en alcanzarle», reflexiona en declaraciones a Ical.

El germen primero del relato, según explica, hay que buscarlo en una tarea escolar que le encargaron a su nieto Gabriele en el colegio, donde pidieron a los alumnos que llevaran a clase una foto de sus abuelos cuando eran pequeños. «Mi hija me contó que el niño estaba fascinado con esa foto, porque al mirarla le gustaba imaginarse que el de la foto era amigo suyo y vivían juntos aventuras. La idea me maravilló; me hubiera encantado poder conocer a ese niño teniendo esa edad y haber visto qué cosas se nos ocurrían juntos», evoca.

El País de los Niños Perdidos se erige como un emocionante homenaje de Martín Garzo al mundo mágico y de «asombro permanente» que es la infancia, «un mundo sin respuestas, donde todo son preguntas». «A medida que vamos avanzando en el tiempo y nos transformamos en adultos entramos en un mundo donde todo está dicho, donde cada cosa es lo que es y no puede ser de otra manera. Así son todos los totalitarismos, mudos de respuestas; nos dicen que las cosas son así y no hay manera de pensar que puedan cambiar, mientras que en el mundo de la imaginación en vez de respuestas lo que hay son preguntas».

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