El vandalismo convierte a las Cercas en un basurero

Palomas muertas, excrementos, maleza, pintadas... No es un basurero. Son las Cercas Medievales de León. Un monumento que lleva en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra desde 2014. La muralla del siglo XIV, erigida sobre una anterior de tierra del siglo XIII, sufría ya entonces riesgo de derrumbe en algunos trozos, según Hispania Nostra. También denunciaba el «estado ruinoso en el tramo comprendido entre la calle Prado de los Judíos y la plaza Riaño, como consecuencia del abandono absoluto y el vandalismo constante en la zona». Nada ha cambiado.

A diario se producen pequeños desprendimientos. Las Cercas sólo han sufrido «restauraciones de emergencia», según el arquitecto leonés Melquíades Ranilla, redactor del Plan Director de la Muralla.

Pocos tramos preservan el alzado completo, de ocho metros de altura; y menos aún, los merlones que coronaban las Cercas construidas a cal y canto, que contaba originariamente con nueve puertas.

Las escasas intervenciones que se han llevado a cabo en esta fortificación se han limitado a ‘apuntalarla’ para evitar derrumbes. Nunca se ha cumplido la letra del Plan Director, que establece la restauración íntegra de los 1,3 kilómetros que se conservan de muralla medieval.

Declarada Monumento Histórico Artístico el 3 de junio de 1931, el Plan Director —hasta ahora ‘papel mojado’— también contempla partidas anuales para el mantenimiento de una muralla caracteriza por el corredor empedrado que se forma entre una primera tapia más baja (el antemuro) y una segunda más alta y robusta (el muro propiamente dicho). Las Cercas, de titularidad Estatal, pierde continuamente decenas de piedras. La UPL llegó a denunciar la recogida de hasta 50 kilos en un solo día.