Al Niño Jesús le habían colocado una careta
La talla gótica de San Pedro y el postizo que llevaba el Niño.
El Taller de Restauración de la Diócesis de León es un lugar único en el que decenas de tallas, figuras, pinturas, sagrarios, cruces y fragmentos de retablo —en puzzle aparentemente imposible— yacen sobre las mesas de trabajo o aguardan pacientes en una sala, muchas de ellas a la espera de que se les recomponga una mano, la cabeza, las vestiduras o el color del rostro.
De San Pedro de los Oteros son también dos hallazgos, tan insospechados como la citada pintura pero aún más valiosos. Se trata de tallas antiguas —una románica y la otra gótica—, que se encontraban ubicadas en el retablo barroco ahora en restauración y que están siendo tratadas por los profesionales del centro con destino al Museo Diocesano. Una de ellas, la gótica, debió de sufrir un serio problema de termitas que horadaron con especial saña el rostro del Niño, según cuenta Gómez Rascón, pero los vecinos del lugar encontraron acertada solución ajustando un postizo sobre la cara de la pequeña imagen.