Diario de León

Los nuevos gladiadores del anfiteatro de León

La cripta de Cascalerías reabre este mes con siete espectáculos ‘sin fieras’.

Imagen de archivo de uno de los espectáculos del programa ‘Roma en el espejo’, en la cripta de Cascalerías. SECUNDINO PÉREZ

Imagen de archivo de uno de los espectáculos del programa ‘Roma en el espejo’, en la cripta de Cascalerías. SECUNDINO PÉREZ

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verónica viñas | león

El anfiteatro romano de León reabre sus puertas sin fieras ni gladiadores. Los restos de la gigantesca construcción que hace 2.000 años superaba en tamaño a la actual Plaza Mayor y ahora se preservan en una cripta de la calle Cascalerías volverán a acoger espectáculos. Ninguno violento. Por quinto año, la Concejalía de Cultura ha organizado siete actuaciones que pretenden llamar la atención sobre el patrimonio romano que conserva la ciudad. El ciclo Roma en el espejo llenará esta ‘catacumba’ con teatro y música entre el 17 y el 23 de este mes.

Entre los muros del anfiteatro donde se entrenaban los legionarios en las artes del combate, sonarán a partir del lunes tangos, habaneras cantigas y jazz.

La concejala de Cultura, Margarita Torres anunció ayer que dado el éxito de anteriores ediciones, con 50 plazas en cada pase, el Ayuntamiento tiene en proyecto trasladar las actuaciones en 2018 al patio de la Casona de Puerta Castillo, una vez que concluya la restauración del yacimiento que hay en este enclave. Así,Roma en el espejo podrá alternar los escenarios de Cascalerías y Puerta Castillo.

Un lío subterráneo

En enero el Ayuntamiento decidía quitarse de encima el ‘engorro’ de gestionar las visitas guiadas a las criptas y adjudicaba esta misión a la empresa privada Hecasi CB, por 13.900 euros. La calle Cascalerías guarda en tres sótanos diferentes los vestigios que han aflorado hasta la fecha del anfiteatro romano, aunque sólo están musealizados dos; el tercero estuvo a la venta hace dos años como trastero en una conocida web de anuncios por 25.000 euros.

Es la llamada Cripta 2 la que acoge desde hace cinco años el ciclo Roma en el espejo . Los primeros restos de uno de los mayores anfiteatros de la Península emergían en León en 1994, durante las obras de construcción de un edificio de viviendas. Posteriormente surgieron otros dos tramos en sendos solares de la misma calle.

Las aspiraciones del constructor, que pretendía recibir ‘por las molestias’ 120 millones de las antiguas pesetas (unos 720.000 euros) del Ayuntamiento, llevaron incluso a la concejala de Urbanismo de entonces, Elena Bustillo (PP), a estudiar el traslado de los restos romanos a un solar de La Chantría. Por descabellado que parezca, la propia Comisión de Patrimonio de la Junta aparcó la idea del sótano arqueológico y dio el visto bueno provisional al traslado de los restos, sin tener en cuenta su valor o que habrían quedado ‘descontextualizados’.

Al desvelar la UPL las relaciones familiares entre los dueños del solar y el concejal de Hacienda, el equipo de gobierno que presidía Juan Morano decidió dar marcha atrás; es decir, conservar los restos en un sótano arqueológico y dar carpetazo a cualquier compensación económica al propietario. Durante años, los restos quedaron prácticamente ‘olvidados’. La experiencia de abrir la cripta esporádicamente y sólo a petición de un grupo mínimo de personas tampoco resultó la mejor de las soluciones.

El anfiteatro acogió sin duda combates de gladiadores, pero también sirvió de campo de entrenamiento para los legionarios. Con posterioridad a su construcción se levantó un segundo muro —en el siglo II a. C— con el fin de sostener la estructura, que tendría problemas de estabilidad. Previsiblemente, el graderío era de madera, de ahí la ausencia de restos. El recinto, situado fuera de los muros del campamento, sigue los patrones de los construidos en los dominios septentrionales del Imperio, fundamentalmente en Austria y el Reino Unido.

Las entradas

Los espectáculo de Roma en el espejo son gratuitos y las entradas deberán recogerse en el Palacio del Conde Luna el mismo día de la actuación —de seis a ocho de la tarde, para los eventos del 17 al 22; y de doce a dos, el concierto del día 23—.

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