Otros objetos más tarde reaparecidos en subastas

Las comarcas leonesas han venido constituyendo, desde hace siglos, una de las ‘despensas’ más fecundas para ladrones de arte, marchantes sin escrúpulos y revendedores en el mercado negro. Muchos objetos artísticos procedentes del saqueo de templos olvidados, o de tejemanejes protagonizados por los propios religiosos, acaban apareciendo en casas de subastas sin que se conozca su origen con exactitud. Entre los casos más recientes están los de la cruz de plata procesional del siglo XVII o las tablas de los maestros de Astorga y de Palanquinos, del XVI, adquiridas por la Administración para el Museo de León, pero también de monedas visigóticas y del Reino de León que acabaron en manos privadas. La falta de alarmas y de personal de seguridad propició los hurtos que se han registrado estos días.