¡Renta básica ya!

Manifestarse es un derecho de consolidación como individuo. En esta sociedad cada vez es más frecuente perder la noción de individuo en favor de una masa informe y plural que sólo se iguala por lo que consume. Es un movimiento inconsciente que empuja a tener, tener y tener sin un criterio diferenciador. Mismos pantalones, mismos móviles, mismos coches, mismas vacaciones, mismos hobbies…

Resulta curioso que cuando el individuo se siente pisoteado, ninguneado en sus derechos, sólo se levanta si ve que es un mal exclusivo. Si es una opresión estandarizada la sociedad de este siglo XXI se mueve adormilada entre la desidia y la impotencia holgazana. Se nos ha olvidado reclamar, protestar, exigir ciertos derechos básicos de cualquier sociedad moderna.

Hoy muchos nos posicionamos en contra del maltrato estructural que las mujeres sufren en nuestras comunidades por el simple hecho de ser. Pero hay más conducta opresiva y más desarraigo social en los derechos universales de las personas que vivimos en esta sociedad que predica, desde las más altas instancias europeas, que somos el ejemplo de justicia social en el mundo.

Está demostrado que el trabajo, tal cual se ha entendido hasta ahora, está pasando a un segundo plano como generador del sustrato necesario para la supervivencia humana. Hay datos reales que ya se manejan. En España, más de un tercio de los puestos de trabajo peligran por la automatización en menos de 15 años. Hasta empresas y magnates de las nuevas tecnologías saben que hay que buscar una solución para la ingente cantidad de personas que según ellos tendrán que consumir al mismo nivel sin tener un trabajo físico.

Son muchos los países que van probando la necesaria vía de estandarizar una Renta Básica con la que las necesidades primarias se cubran. Parece ser que llegando a la mitad del siglo XXI trabajar no será ya una necesidad ligada a la subsistencia, y eso ha de empezar a regularse desde ya.

El día 10 de marzo sale desde León una marcha contra el paro y la precariedad, para juntarse en Madrid el día 24 en favor de una renta universal que garantice la Carta Social Europea; esa que dictamina que ninguna prestación pública en Europa debe estar por debajo del umbral de la pobreza (674 euros en nuestro caso). T

Todos sabemos de cantidad de pensiones y prestaciones que rondan los 300 o 400 y pico euros y que encima son incompatibles con otra remuneración. Todavía hay gobiernos que piensan que vivir bajo un techo y comer más de una vez al día es un privilegio. Por eso, por esa necesaria lucha de todos por abordar la dignidad de la sociedad en la que vivimos, el día 10 de marzo deberíamos sabernos hermanos de una causa justa, necesaria y perfectamente viable según prestigiosos economistas y sociólogos como el Premio Nobel Angus Deaton. Por eso, la reclamación como derecho de una Renta Básica corresponde a todos nosotros. ¡Renta Básica Ya!